Con Carrió en llamas, apuesta el macrismo a la UCR para garantizar la paz en el armado de listas
Mientras la interna con Elisa Carrió está descontrolada, el Gobierno decidió enfocarse en recomponer la relación con la Unión Cívica Radical y dejar atrás el cortocircuito por haber perdido una silla en el Consejo de la Magistratura. Marcos Peña, Rogelio Frigerio, Horacio Rodríguez Larreta y Emilio Monzó se sentaron a la mesa para cenar junto a Alfredo Cornejo, Gustavo Valdés, Mario Negri y Luis Naidenoff.
El Gobierno hizo un balance optimista de la cita de reconciliación, que estaba prevista para la semana pasada pero que se postergó por la muerte del padre de Cornejo. La misma sensación quedó en la UCR y el diputado nacional José Cano aseguró hoy que "entre el PRO y la UCR está todo saneado".
Sobre la mesa se pusieron los últimos focos de tensión, con principal énfasis en el Consejo de la Magistratura, donde los radicales perdieron el asiento que iba a ocupar Negri. La UCR había cuestionado por el caso a Frigerio, a quien acusó de tener demasiada cercanía al peronismo. Sin embargo, la reunión a solas sirvió para limar asperezas y la presión bajó.
También se habló de Carrió, que poco antes de que arrancara la cena sorprendió con duras declaraciones sobre el protocolo del Ministerio de Seguridad para el uso de armas en las fuerzas de seguridad y anunció que no acompañará el proyecto oficial de financiamiento de los partidos políticos. Esos dos temas también generan incomodidad en sectores del radicalismo.
En el horizonte aparece ahora como principal objetivo la elección nacional de 2019. Para ello, el PRO busca aceitar los contactos con los radicales y evitar que en el centenario partido crezcan ideas como la eventual candidatura de Martín Lousteau y los desdoblamientos electorales que puedan perjudicar al presidente Mauricio Macri. Además, el Poder Ejecutivo apunta a conseguir listas unificadas, mientras espera que se defina la situación con la Coalición Cívica.