"Sólo queda definir las características": qué hay detrás de la primera medida de fuerza que lanzará el campo contra la gestión de Fernández
Buscan no poner en riesgo la situación financiera de las pequeñas empresas agrícolas. Auguran que habrá un paro comercial que derivará en un nuevo distanciamiento con la Casa Rosada.
Luego de cuatro horas de discusión virtual, la Mesa de Enlace que nuclea a las cuatro principales entidades agropecuarias argentinas definió que lanzará su primera medida de fuerza contra el gobierno de Alberto Fernández, pero decidió estirar las deliberaciones hasta este martes por la tarde para macerar el anuncio contra el cierre de las exportaciones de maíz.
"Solo queda definir las características de la medida, el formato y el tiempo", adelantó el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Jorge Chemes. La comisión madre del campo determinó efectuar un cuarto intermedio dado que no todas las asociaciones ruralistas estaban de acuerdo con los alcances que debe tener la protesta.
Los líderes de la Mesa de Enlace advirtieron que la suspensión de exportaciones de maíz es una disposición que "se suma a un conjunto de políticas perjudiciales para el campo, implementadas a lo largo del año que acaba de concluir".
En este sentido, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, enumeró: "Las malas señales para el campo comenzaron con el aumento del derecho de las exportaciones, continuó con el ataque a la propiedad privada como fue la rotura de silobolsas, también con leyes como la de humedales, de fuego, fitosanitarias, que limitan el derecho privado y la producción".
La premisa de los dirigentes rurales es otorgarle un marco institucional a decenas de movilizaciones y reclamos que se suscitaron en distintas regiones productivas luego del anuncio de intervención oficial en el mercado de granos. Pensando en el lanzamiento de la protesta, la Comisión de Enlace analiza abrir el encuentro a productores autoconvocados para que puedan sumarse.
En una suerte de boicot propio, los agricultores que organizaron las manifestaciones les pidieron a su pares que no vendan el grano a menos de $19.000 la tonelada. "Esta maniobra del gobierno, con la complicidad de los consumos locales, no hace más que nuevamente transferir recursos de los productores de maíz a las industrias avícolas, porcina, tambos, feedlot, biocombustibles, sin siquiera beneficiar a los consumidores", expresaron en un comunicado los Productores Agropecuarios Autoconvocados.
Pelegrina consideró que "limitar las exportaciones es una medida muy errada", desmintió que exista un faltante de maíz para el consumo interno y lamentó que la administración de Fernández "especule con que disminuyendo el precio del maíz bajarán los valores del cerdo, la carne vacuna y de otros alimentos, para de este modo contener la inflación".
La Mesa de Enlace decidirá este martes, entonces, la metodología del reclamo, debido a que, luego de los inconvenientes comerciales registrados en el mes pasado por los conflictos gremiales, algunos productores están apremiados para vender mercadería y así poder enfrentar obligaciones impostergables. En esa línea, el objetivo es no poner en riesgo la situación financiera de las pequeñas empresas agrícolas.
Matías de Velazco, presidente de Carbap, cuestionó al Gobierno y afirmó que "si querían controlar el precio del maíz, va a subir, sin duda". Además, aseguró que habrá medidas de protesta que "terminarán en un paro comercial y una nueva rotura entre el campo y el Gobierno".
La Casa Rosada había basado su decisión de suspender las exportaciones de maíz en "la necesidad de asegurar el abastecimiento del grano para los sectores que lo utilizan como materia prima en sus procesos de transformación". Es decir, la producción de proteína animal como carne de cerdo, pollo, huevos, leche y feedlot, donde el cereal representa un componente significativo de sus costos de producción.