"La oposición se va a reconfigurar, hay un 35% que va a votar a Macri"
Agustín Rossi cree que una victoria abultada de Alberto Fernández no afectará al equilibro de poderes en el Congreso. El diputado nacional sostiene que, independientemente de la situación económica, cerca de un 35% del electorado va a votar a Mauricio Macri en octubre. Considera que el fracaso del Gobierno es estrepitoso y que ningún indicador mejoró desde diciembre de 2015.
En diálogo con El Canciller, el presidente del bloque opositor en Diputados hizo un breve repaso de los cuatro años de Macri en el poder, apuntó que no habrá tiempo para estar cómodos después del 10 de diciembre y remarcó que existen puntos de contacto con algunos oficialistas díscolos, como el presidente de la Cámara Baja, Emilio Monzó.
—¿Qué pasó en estos cuatro años?
—Macri es el primer presidente de la democracia que recibe el Gobierno de un mandatario de signo político distinto sin estar la Argentina en crisis. En 2015 podías decir que el país tenía problemas, pero no estaba en crisis. Estaba desendeudado, con una tasa de interés razonable, la inflación estaba descendiendo en los últimos meses. Aunque poco, el PBI estaba creciendo. Alfonsín recibió el gobierno de la dictadura, Menem la hiperinflación, De la Rúa, la hiperdesocupación. Macri en cuatro años puso al país de nuevo en crisis: hay más inflación, pobreza, indigencia, deuda y caída del PBI. No hay indicador que haya mejorado en estos cuatro años. El fracaso es estrepitoso.
—¿Los problemas cuáles eran?
—Bueno, ellos decían que el cepo era un problema y había que arreglar eventualmente con los holdouts. Lo importante es que era una Argentina que estaba funcionando.
—El 27 de octubre puede pasar que la derrota de Macri se acentúe y en la conformación de las cámaras haya pocos colores opositores al peronismo. Lo mismo con la cantidad de gobernadores.
—La oposición siempre se va a reconfigurar. Hay un 35% de argentinos que van a votar a Macri. ¿Cómo se explica ese piso de votos después de estos cuatro años? Claramente es un porcentaje de la población con un fuerte componente de antiperonismo que va a seguir estando. Seguramente ése sea el piso sobre el cual la oposición se va a rearmar. Mantendrán algunos distritos, tendrán más o menos diputados y senadores, pero la oposición en la Argentina va a seguir existiendo.
—¿Pero esa mayoría no podría ser algo peligrosa?
—Nosotros tenemos que armar una coalición de gobierno que sea más amplia que la coalición electoral. Imaginamos que en el gobierno participen dirigentes que participaron de otro colectivo electoral. No creo que por tener más del 50 por ciento de los votos el camino esté allanado. Cristina ganó con el 54% en 2011 y a los pocos meses tuvimos una fenomenal corrida cambiaria, y entre febrero y marzo de 2012 ocurrieron los primeros cacerolazos. La dinámica de la política argentina no permiten que uno se siente cómodamente en los laureles.
—¿Pero no es un escenario en el que faltaría otro color político?
—En primer lugar, creo que la Argentina va hacia un escenario de coaliciones. Las coaliciones se hacen entre parecidos, no entre iguales. En un determinado momento hay dirigentes políticos que pueden aparecer con mayores niveles de distancia y en otro momento con mayor cercanía. Nosotros tenemos la coalición con Sergio Massa y no votamos de la misma manera que votó el Frente Renovador en estos cuatro años, aunque en los últimos dos coincidimos más que antes.
—¿Se podría sumar a Emilio Monzó o a otros diputados díscolos del macrismo? ¿Sería algo programático o sólo para garantizar gobernabilidad?
—No creo que los diputados que mencionás tengan el peso para garantizar gobernabilidad. Me parece que es una corriente de pensamiento que tuvo el macrismo durante un determinado momento que puede tener puntos de contacto con nosotros. En el caso de Monzó, se sigue reivindicando como peronista, nunca renunció al Partido Justicialista ni se afilió al PRO. No vería mal que dirigentes así se expresen en el Gobierno de Alberto.