A 15 años del triple crimen del partido bonaerense de General Rodríguez que puso en la mira el tráfico de efedrina, este 7 de agosto prescribe la causa por el asesinato de Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón, un caso de alta repercusión que aún no tiene identificado al o los autores intelectuales.

Por el caso, Martín y Cristian Lanatta y Víctor y Marcelo Schillaci fueron condenados en diciembre 2012 a prisión perpetua como partícipes necesarios de “privación ilegítima de la libertad y triple homicidio agravado con ensañamiento, y alevosía”.

Sin embargo, la causa carece de autores intelectuales. El único identificado como tal es el empresario Ibar Esteban Pérez Corradi, quien desde abril de 2021 tiene dictada la falta de mérito y este lunes podría ser sobreseído. En su caso no aplica la prescripción, ya que fue indagado recién en 2016, luego de ser extraditado desde Paraguay.

Este 7 de agosto es la fecha tope para que la jueza federal María Romilda Servini pueda sumar nuevos imputados, ya que, según la ley, en los delitos que se castigan con prisión perpetua, la acción penal prescribe pasados los 15 años.

De cara a la prescripción, el hermano de una de las víctimas, Diego Ferrón, explicó el año pasado a Télam: “Nos falta gente que participó del hecho, quizás más autores materiales”, tras lamentarse de que tanto tiempo después no estén identificados el o los ideadores. 

El único identificado como autor intelectual, Ibar Esteban Pérez Corradi, tiene dictada falta de mérito desde 2021. (Foto: AFP vía Noticias Argentinas).

Sobre el caso

Sebastián Forza, de 34 años, Leopoldo Bina, de 35, y Damián Ferrón, de 37, desaparecieron el 7 de agosto de 2008 luego de una reunión en un hipermercado de Sarandí, en donde se presume que participaron de un encuentro vinculado con la venta ilegal de efedrina.

Según análisis de la ubicación de los celulares de los imputados y las víctimas, los tres hombres fueron llevados hasta la casa de Cristian Lanatta, en la localidad bonaerense de Quilmes, y luego fueron asesinados.

Recibieron 16 balazos por la espalda (Forza ocho y Bina y Ferrón cuatro cada uno), efectuados por dos tiradores. Uno de ellos usó una pistola Taurus calibre 9 milímetros de Forza y el otro una marca Tanfoglio calibre 40. Además, a Bina le amputaron una de sus orejas.

La hipótesis de los forenses es que los cuerpos fueron conservados en frío antes de ser arrojados a un zanjón de General Rodríguez. Allí fueron encontrados el 13 de agosto, casi una semana después de su desaparición, con signos de haber estado maniatados con precintos.

Ferrón, Forza y Bina se dedicaban a la importación de efedrina de China e India para luego venderla a narcos mexicanos que la usarían en la elaboración de metanfetaminas.

“Después de 15 años de investigar, saqué una conclusión: ¿a quién le convenía que esto terminara como terminó, que ya no pasara efedrina por Argentina?”, expresó el hermano de Ferrón en diálogo con Clarín. “Hubo una especie de mensaje que se dejó en todos lados: ‘Con esto no se jode’. La clave es entender quiénes se beneficiaron con la muerte de los chicos”, agregó.

Los mataron y se cortó el tráfico de efedrina. Hacía años que la DEA reclamaba que se cortara el tráfico, que iba mucho para México a Estados Unidos”, aseguró Ferrón. Al respecto, detalló que “ocurrieron los crímenes y al mes y pico empezó la regulación en la Argentina del tráfico de efedrina”. 

“Lo que yo digo es que acá se armó algo que supera a los hermanos Lanatta y a los Schillaci. Siempre estuvo atrás el poder: ‘servicios’, expolicías o policías en funciones”, denunció.

Respecto a la prescripción de la causa, Ferrón aseguró que la única esperanza es “que se descubra a algún funcionario público implicado”. “Entonces no prescribe ni para él ni para nadie. Se entra a contar el plazo desde que dejó su función. Pero si esto no sucede, se va a archivar y sólo nos vamos a quedar con una parte, la de Lanatta y Schillaci. Ojo, esto no es poco, pero para mí faltan 10 o 12 personas más”, detalló.