El Tribunal en lo Criminal N°1 del partido bonaerense de Morón rechazó este jueves el pedido de excarcelación del padre Julio César Grassi, quien seguirá preso por abuso sexual infantil después de haberse representado a sí mismo en un pedido para recibir el beneficio de la libertad anticipada. En el marco de la audiencia clave, el sacerdote, condenado a 15 años de cárcel, había asegurado minutos antes respecto de su solicitud: "Soy inocente y estoy respetando lo que la ley me está pidiendo".

Pasadas las 13:30, la jueza Mariana Maldonado detalló que los magistrados resolvieron por unanimidad "denegar la libertad condicional" al cura "con especial mirada y ponderación de la Convención sobre los Derechos del Niño", y adelantó que los fundamentos de la sentencia se darán a conocer el próximo lunes 2 de septiembre desde las 12.

Durante su defensa y antes de que se conociera el rechazo a su pedido, el creador de la Fundación Felices los Niños indicó: "El informe psicológico hecho por el penal no está diciendo que yo tengo una actitud donde considero que ese tipo de delitos están bien". En este sentido, destacó que ha "militado como sacerdote, a través de la Fundación y en muchas otras acciones en barrios populares, o en educación, contra todo tipo de maltrato frente a los niños y frente a los adolescentes y también a las personas mayores".

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El cura, quien se representó a sí mismo dado que se recibió de abogado durante su reclusión, señaló además que "todos los derechos procesales que hay en el país tienen una acción de revisión como posibilidad", ya que podría haber "un error judicial, que una persona haya sido mal condenada y la condena esté firme". Asimismo, prometió: "Hice un nuevo proyecto de vida, tienen que estar tranquilos de que yo voy a ser útil para la sociedad". 

Por su parte, el representante de una de las víctimas, Sergio Piris, calificó el informe carcelario como "pobrísimo" y subrayó que "es inviable que salga en libertad", a la vez que solicitó que "se rechace absolutamente la petición del imputado". Este último encuentra alojado en el pabellón N° 6 de la Unidad Penitenciaria N° 41 de Campana y debería salir de la cárcel en mayo de 2028, pero solicitó que se revise su posible "liberación anticipada".

Frente a este escenario, el otro abogado de la querella, Juan Pablo Gallego, había admitido en declaraciones a la agencia Noticias Argentinas estar "preocupado", pero también se mostró "optimista" y detalló los motivos "por los cuales Grassi no puede salir" de prisión. En primer lugar, señaló que "el propio Código Penal establece que no es un beneficio que puedan pedir los delincuentes sexuales".

Además, el letrado reveló que "el acusado hizo ese pedido por escrito y el tribunal de alguna manera abrió el incidente a prueba, se le pidió una pericia psicológica, a la cual él se opuso"; y agregó que "hubo mucho cabildeo con el informe carcelario".

De todas formas, Gallego advirtió que el sacerdote es un "poderoso" que siempre "aprovecha" algún momento de "distracción" para que le otorguen beneficios y subrayó: "Es muy importante que esto se haga a la luz del día, que no quede como algo clandestino".

El padre había sido denunciado en noviembre de 2000 a través de una carta anónima por diferentes casos de abuso sexual contra chicos de la Fundación Felices los Niños, de la que estaba a cargo; y su detención se solicitó el 23 de octubre de 2002 a raíz de un informe periodístico llamado "Con los chicos no". En él, tres testigos revelaron cómo fueron obligados a tener relaciones sexuales con el cura, cuando eran menores de edad. 

Grassi desmintió todas las acusaciones, pero más tarde se fugó y en 2009 fue condenado a 15 años de prisión, al ser encontrado culpable por el delito de abuso sexual agravado por ejercer el rol de sacerdote, estar encargado de la educación y la guarda del menor en víctima. Sin embargo, mantuvo su libertad, de manera vigilada, hasta que en 2013 la sentencia en su contra quedó firme.