La mujer bombero que había desparecido en la ciudad bonaerense de Coronel Brandsen luego de que su novio se quitara la vida en Año Nuevo, Aimé Castillo, fue encontrada muerta con signos de ahorcamiento este lunes.

Según trascendió, la joven de 23 años fue hallada en un campo sobre la Ruta Provincial 215. Tanto su cuerpo como sus pertenencias fueron localizados en una zona arbolada por uno de los perros de búsqueda, en el marco de los rastrillajes realizados por efectivos policiales y bomberiles, como así también familiares y amigos.

Castillo, que desempeñaba su tarea voluntaria en un cuartel de San Vicente, era buscada de manera intensa desde el pasado sábado por la tarde, cuando salió de la casa de su madre en el barrio "La Dolly", en donde había estado viviendo los últimos días.

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Según allegados, la mujer -quien vivía con su papá y su hermana- se quedó en el hogar de su mamá en Brandsen porque atravesaba un cuadro depresivo derivado del suicidio de su pareja, quien también era bombero.

Luego de que su novio se quitara la vida, la joven estuvo internada en un hospital local y cuando le dieron el alta fue a despedirlo. Su hermana, Micaela, señaló en declaraciones a TN que "quería verlo por última vez".

De acuerdo a lo reconstruido por los investigadores, la madre de Aimé se fue a trabajar el sábado alrededor de las 7:30 y cuando regresó, a las 13, su hija ya no estaba. Al respecto, Micaela precisó: "El vecino que tenía cámaras de seguridad muestra cómo sale mi mamá de casa y cómo llega, pero no se llegó a ver a mi hermana porque encaró para la otra calle y la cámara apuntaba para el lado contrario".

Sobre las versiones de algunas personas que aseguraron haberla visto en una estación de tren camino a Chascomús, la joven señaló: "Se ve que se tuvo que bajar con la bici porque hubo un accidente. Un hombre se quitó la vida en el tren. Esto quizás la afectó porque estaba muy delicada y se fue para otro lado".