Raúl Rigo, un "esencial" para el Presupuesto 2021 de Alberto
De perfil sumamente bajo, el secretario de Hacienda será el encargado de poner a punto los números de cara a la negociación con el FMI. La trayectoria de un "hombre de Estado".
Es recurrente en nuestro país la apelación a que no existen "políticas de Estado", es decir, que las iniciativas o propuestas que se generan desde los distintos gobiernos tienen fecha de vencimiento con la finalización de sus mandatos.
Quienes se quejan de esta falta de continuidades no conocen, seguramente, a Raúl Rigo, un funcionario de perfil discreto pero que ocupó durante 15 años (2002-2017) la subsecretaria de Presupuesto y hoy se encuentra al frente de Hacienda.
Egresado de la Universidad de Buenos Aires y Master Universitario en Gobierno y Gestión Pública por la Barcelona School of Management de la Universidad de Pompeu Fabra, el economista llegó a la función pública en 2002 de la mano de Jorge Sarghini y luego continuó en su puesto más allá de los distintos recambios en Hacienda.
En su cargo, fue el impulsor de la informatización y unificación del sistema de cuentas del Tesoro del Estado en el eSidif que rige hasta el día de hoy en Nación e incluso en otras provincias y municipios. Su gestión no estuvo exenta de conflictos con trabajadores de su sector como en 2012 por el recorte de un bono para quienes elaboran el Presupuesto pero supo salir airoso.
Con la llegada del macrismo al gobierno, el entonces ministro Prat Gay optó por mantener en su puesto al funcionario de carrera. Sin embargo, con el recambio de gabinete y la llegada de Nicolás Dujovne, se aplicó una “purga” que desplazó transitoriamente al “histórico”, ahora de regreso por pedido de Martín Guzmán.
No obstante, durante sus dos años fuera del Palacio de Hacienda, quienes lo conocen Rigo señalan que se mantuvo activo, con vínculos con el Grupo Sofía y que colaboró en la gestión de la exgobernadora María Eugenia Vidal en la Provincia de Buenos Aires.
El elegido
La apuesta hoy a que sea el encargado de equilibrar los números para obtener el visto bueno del FMI en un nuevo acuerdo no es casualidad. Rigo ocupó ese lugar sensible 18 años atrás cuando las misiones del Fondo visitaban un país en default y en ruinas.
Ahora, como en aquel momento, la situación es sumamente delicada. Con una pobreza que orilla el 50% y una desocupación proyectada en torno al 15%, los márgenes para ajustar las cuentas públicas son escasos.
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El ministro de economía Guzmán anticipó al momento de presentar los resultados de adhesión al canje de deuda bajo ley extranjera que estiman el déficit del año próximo en torno al 4,5% del PBI.
Esa es la meta que hoy tiene Rigo y que deberá tener resuelta para el 15 de septiembre, fecha en la que el oficialismo espera poder tener presentada su Ley de Leyes para el año entrante.