En una decisión intempestiva y sorpresiva, el Inter de Milán le revocó la capitanía a Mauro Icardi, que, ofendido, se ausentó del partido ante el Rapid Viena de Austria por la Europa League.

El estallido sucedió luego de que el club comunicara mediante su cuenta oficial de Twitter que, a partir de ahora, el nuevo capitán del primer equipo sería el arquero esloveno Samir Handanovic.

Sin embargo, el conflicto con Icardi viene arrastrándose hace unos meses. La llegada de Cristiano Ronaldo a Juventus se sumó a un austero mercado de pases del Inter, que, sin ninguna contratación rutilante, evidenció sus débiles aspiraciones para esta temporada.

A partir de ahí, Wanda Nara, esposa y representante del argentino, le puso los puntos a la dirigencia neroazzurra: sin intención de pelear por cosas importantes, Mauro, al menos, debía cobrar un sueldo acorde al segundo mejor jugador de la Serie A.

Mientras que CR7 le factura 31 millones de euros anuales a la Vecchia Signora, Dybala lo hace por 8,1 millones y Gonzalo Higuaín, hasta hace cuatros semanas, cobraba 8,7 millones en Milan. Icardi, en cambio, tiene un sueldo de 6,3 millones de la misma moneda.

La cinta, las exigencias de Wanda y un tweet: rompe Icardi la relación con el Inter y falta a un partido

Wanda, desde el programa Tiki Taka, donde es panelista, había explicado que "la prioridad de Mauro es el Inter", aunque, de inmediato, aclaró que "no tenemos prisa" respecto a la renovación del cotnrato.

Sin embargo, la bomba vino minutos más tarde cuando disparó que le gustaría que su esposo estuviera "más protegido" por el club y atacó directamente al técnico Luciano Spalleti, cuestionándolo por la suplencia de Lautaro Martínez.

Ahora, con el mercado de pases ya cerrado, el dilema recae sobre la dirigencia del Inter, que deberá decidir si el próximo paso es sancionar al argentino y obligarlo a entrenar apartado o perdonar el desplante para no erosionar el valor de uno de los mejores delanteros de Europa y traspasarlo recién en junio.