La impunidad ganó por goleada el sábado. Boca superó por dos goles a Colón en la Bombonera con Edwin Cardona y Wilmar Barrios en cancha. La violencia es aún más violenta cuando se calla de un hondazo. Mientras en Hollywood, Argentina y en todos lados, el despertar de las mujeres a denunciar se volvió una bandera imparable, uno de los equipos más importantes del país -y del mundo- retrocedió cien casilleros. Angelici no pagaría tanto por Pratto, el delantero que le costó 11 millones a River. La clave de su mercado de pases fue callar el escándalo.

El 16 de enero, dos mujeres denunciaron a los jugadores Cardona y Barrios por abuso sexual, amenazas y lesiones leves, en la madrugada del sábado 13 y comienzo del 14 de enero, en el Hotel Faena, de Puerto Madero. Después de que sea un escándalo del que habló todo el país, la dirigencia xeneize decidió “silenciar” a las denunciantes sin sancionar a los jugadores. Ni siquiera para las cámaras.

En el partido del sábado, los hinchas aplaudieron como nunca a los colombianos. La lógica que deja que el club no haya tomado ninguna decisión al respecto es simple: “Dos mujeres atrevidas quisieron sacarle plata a Boquita”. Después del partido del sábado, Cardona subió una foto a sus redes sociales con la frase: “Me enterraron y no sabían que yo era una semilla”.

Días después del escándalo, se filtró un video de Fernando Tobio, jugador de Rosario Central, agrediendo a una chica a la salida de un boliche. La dirigencia canalla le descontó dinero al jugador, y prometió destinarlo a acciones de prevención contra la violencia de género y a las inferiores, para educarlos respecto del tema. Tras la condena a Alexis Zárate, jugador de Temperley, por abuso sexual, el club hizo lo mismo.

La dirigencia de Boca debe agradecer que la sociedad siga siendo machista, porque aún se pone foco en la víctima: “¿Por qué aceptan plata?”. ¿Qué deberían hacer las denunciantes? ¿Sumergirse en el universo de algunos periodistas que arengan a los hinchas en móviles de televisión para que banquen a los jugadores? ¿Que esperen que la hinchada de River les haga banderas con sus nombres agradeciéndoles porque, ahora, además de chicanear con el gas pimienta, lo podrán hacer con esto?

Boca representa la cultura de nuestro país. Es pueblo. Tiene un valor social gigante como club, en las esferas más bajas y en las más altas. ¿Qué pasó? ¿Nadie podía salir a decir que, aunque los colombianos vuelvan a jugar, harían, por lo menos, lo que hicieron Central y Temperley? Era más importante hacer esto que posar el 3 de junio con el cartelito de #NiUnaMenos. Era el momento de dar el ejemplo. La grandeza, solo dentro de la cancha.