Luego de dos Burger Fest en el Hipódromo de Palermo, la hamburguesa ganó autoridad en el mundo gastronómico. En la tierra de la carne, muchos cuestionaban (y cuestionan) su avance, mientras que otros hicieron lo contrario y se repreguntaron por qué no aprovechar nuestra materia prima y hacer una hamburguesa acorde.

La carne tiene muchas facetas y la hamburguesa es una de ellas. La idiosincrasia argentina posicionó a la carne en la parrilla, para ser servida con fritas o ensalada. Sin embargo, hay muchas más variantes y podría hacerse la versión carnívora de Pizza Conmigo. El tema acá es que la hamburguesa tiene una imagen negativa e imperialista. A la empanada, por ejemplo, no se la critica por descuartizar un pedazo de carne.

Por suerte varias hamburgueserías están inclinando la balanza y posicionan a la hamburguesa donde tiene que estar. Dogg es uno de los referentes de este 2017: empezó haciendo hot dogs (y qué hot dogs) e irrumpió con un producto de altísima calidad de la mano de Maxi Togni y equipo. Dogg entendió que la hamburguesa argentina no tiene porqué ser imperialista. Eso déjenselo a Ronald y cía.

2017: un año de inflexión para las hamburgueserías

Foto: Gentileza de The Burger Life

Las hamburgueserías empezaron a caer bien por ser una de las opciones más baratas dentro del mercado y una alternativa al monopolio hamburguesero de Mc Don*lds y Burg*r K*ng. También acogieron a un público que quería salir a un ambiente agradable, donde pudiera comer rico, barato y en un local canchero. Hoy en día no es tan así porque algunas se fueron de precio, pero aún así la salida hamburguesera se posicionó en la mayoría de las rutas gastronómicas. La cuestión es que hay mucho tránsito en dicha ruta y para manejar hay que renovar el registro cada vez más seguido gracias a la exigencia del público.

Burgertify y The Burger Company fueron las revelaciones de este año

Debido a la suba de precios, muchos empezaron a afinar el paladar y algunas hamburgueserías lo entendieron. El consumidor cuestiona sus gastos y la comida no es la excepción. ''Por ese precio prefiero ir a tal lado'' se convirtió en una frase de cabecera de las comparaciones hamburgueseras. Locales como Burgertify y The Burger Company captaron esos "votos" y fueron las revelaciones de este año. Se hicieron eco de los comentarios negativos y no dudaron del mandato ''El cliente siempre tiene la razón'': ambas se cuestionaron, autoexigieron y no dudaron en meter mano en la cocina para superarse día a día.

La Birra también acogió al pueblo hamburguesero pero de otra manera: abrió un nuevo local exclusivo de hamburguesas. Enhorabuena por semejante jugada y por prácticamente mantener la calidad en 200 hamburguesas diarias, una tirada a la que no estaba acostumbrada en el 2016.

La Birra es otro de los locales que logró instalarse como una de las mejores hamburguesas del país

Dellepiane no quiere quedarse atrás y comprendió el nuevo panorama. Sabe que ahora corre con desventaja y decidió patear el tablero con dos decisiones de cara al 2018: ampliación del local y la vuelta a su pan (habían empezado a tercerizarlo pero not anymore). De esta manera busca volver a ser el gigante que fue sin necesidad de abrir un nuevo local.

Otro que tiene en vistas la ampliación es Burgertify. El primer paso del plan fue el aire acondicionado ya instalado y ahora se viene lo bueno: terraza y más espacio para los gamers. Y atentos con Paris Burger, que luego de la desmentida de los rumores de la vuelta a Francia de Christ (amo y señor del pequeño local de Suipacha), se vienen las franquicias. Veremos cómo se mantiene la calidad y el prestigio de la marca con semejante apuesta.

Otro hito importante de este año fue la queja al unisono del mundo hamburguesero con respecto al concurso del Gobierno de la Ciudad, y no sólo por los resultados, sino también por la organización. Si quieren saber más al respecto, recomiendo las notas de BurgerFacts y The BugerLife Blog.

Ojalá que en el 2018 la mayoría de las hamburgueserías se alineen a la trilogía de Dogg-Burgertify-The Burger Company por su preocupación de alcanzar un producto de calidad, por la búsqueda constante de autosuperación y por escuchar a los gorditos, que, aunque usted no lo crea, somos muchos.