Luego de que varios puntos del Líbano fueran escenario de una serie de explosiones de localizadores y walkie talkies que estaban en manos de miembros de Hezbollah, las cuales fueron atribuidas a Israel, el Estado judío intensificó este jueves su ofensiva al realizar múltiples bombardeos contra objetivos del grupo terrorista en el sur del país árabe.

Previamente, el jefe de la agrupación terrorista, Hasan Nasrala, había advertido en un discurso televisado sobre "duras represalias y un justo castigo" contra la nación gobernada por Benjamin Netanyahu, a la vez que señaló que las detonaciones del martes y miércoles constituyen una "declaración de guerra".

El líder del movimiento islamista libanés sostuvo que Israel "violó todas las líneas rojas" y calificó a los episodios como "masacres".

TE PODRÍA INTERESAR:

"Estos ataques en Líbano siguen siendo investigados, incluidos los dispositivos utilizados", agregó, según consignó la agencia Xinhua, citada por su par nacional Noticias Argentinas.

En tanto, desde Jerusalén evitaron hacer declaraciones sobre las explosiones -que según el ministerio de Sanidad libanés dejaron un saldo de 37 muertos y más de 3.500 heridos-, pero aseguraron que las operaciones militares contra Hezbollah "seguirán".

En este marco, el Ejército israelí bombardeó por lo menos seis "sitios de infraestructuras terroristas" de la agrupación extremista, como así también una instalación de almacenamiento de armas en el sur del país árabe.

Sin embargo, el líder del movimiento islamista advirtió a los dirigentes israelíes que no lograrán "que la gente del norte vuelva al norte", en alusión a sus más de 80.000 compatriotas desplazados. Al respecto, subrayó que "ninguna escalada militar, ningún asesinato o ninguna guerra total conseguirán el regreso de los residentes a la frontera" con el Líbano.