El número de muertos por el incendio forestal que arrasó la isla de Maui, en Hawaii, se elevó a 80, mientras que otras miles de personas se han quedado sin hogar tras una de la peores catástrofes que sufrió el archipiélago estadounidense, informaron este sábado las autoridades locales. Los bomberos continúan su lucha por extinguir las llamas, que han quemado más de 800 hectáreas.   

El gobernador de Hawái, Josh Green, dijo que el infierno que redujo gran parte de la ciudad de Lahaina a ruinas humeantes fue el peor desastre natural en la historia del Estado, dejando a miles de personas sin hogar y arrasando hasta 1.000 edificios.   

"La reconstrucción de Lahaina va a llevar muchos años", precisó Green en una rueda de prensa, mientras las autoridades empezaban a trazar un plan para alojar a los nuevos sin techo en hoteles y viviendas de alquiler turístico.   

"Será una nueva Lahaina que Maui construirá a su imagen y semejanza, con sus propios valores", afirmó Green al referirse a la ciudad que atrae a dos millones de turistas cada año, es decir, alrededor del 80 por ciento de los visitantes de la isla.   

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El rápido incendio, que comenzó el martes, se extendió desde la maleza de las afueras de la ciudad y arrasó este histórico paraíso, que fue capital del Reino de Hawaii.   

Fue uno de los tres grandes incendios de Maui, todos ellos aún en llamas, alimentados por la sequía, la acumulación de combustible y las ráfagas de viento de 100 kilómetros por hora.   

Aunque los bomberos siguen apagando incendios más pequeños y los equipos de búsqueda y rescate continúan buscando víctimas, los fondos federales para la recuperación empezaron a fluir junto con la llegada de suministros y equipamiento.   

Entre la ayuda recibida se encuentran perros rastreadores de cadáveres procedentes de California y Washington, que ayudarán a los equipos de búsqueda y rescate a peinar las ruinas, según las autoridades.   

Miles de turistas y lugareños fueron evacuados de la parte occidental de Maui, que tiene una población anual de unos 166.000 habitantes, y algunos se refugiaron en la vecina isla de Oahu. Los turistas acamparon en el aeropuerto de Kahului, a la espera de vuelos de vuelta a casa, mientras que algunas personas huyeron de las llamas arrojándose al océano Pacífico.   

Green dijo que el alcance del desastre superaría al de 1960, un año después de que Hawaii se convirtiera en Estado de Estados Unidos, cuando un tsunami mató a 61 personas en la Isla Grande.   

El condado de Maui informó en un comunicado que el incendio de Lahaina estaba contenido en un 80 por ciento, ya que los bomberos habían asegurado el perímetro de las zonas de terreno salvaje que ardieron.   

El incendio de Pulehu, a unos 30 kilómetros al este de Lahaina, estaba controlado en un 70 por ciento. No había estimación para el incendio de Upcountry, en el centro de la masa oriental de la isla, apuntó el comunicado.   

Científicos afirman que el cambio climático provocado por el hombre, impulsado por el uso de combustibles fósiles, está aumentando la frecuencia e intensidad de estos fenómenos meteorológicos extremos, y llevan mucho tiempo advirtiendo de que los países deben reducir drásticamente las emisiones para evitar una catástrofe climática.

Ante esta situación, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró el miércoles el estado de catástrofe natural para Hawaii, lo que permitirá liberar "fondos federales a disposición de los afectados en el condado de Maui", explicó la Casa Blanca.

En tanto, el Papa Francisco expresó su "solidaridad con aquellos que están sufriendo esta tragedia" y dijo sentir "una profunda tristeza"; en un telegrama enviado por el cardenal Pietro Parolin al Nuncio Apostólico en Estados Unidos, Christophe Pierre.

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