Donald Trump cumplió con otra promesa de campaña y firmó este jueves una orden ejecutiva para desmantelar, casi por completo, el Departamento de Educación de Estados Unidos, por lo que la enseñanza quedará a cargo de cada uno de los estados. "Todos saben que es lo correcto", manifestó en una ceremonia en la Casa Blanca.

El Presidente tildó a la medida como "histórica" y reveló que una de las intenciones es la reducción del "tamaño e influencia" del organismo, dado que considera que no estaba haciendo "ningún bien" y que se encontraba "contaminado" por la "ideología liberal".

"Después de 45 años, Estados Unidos tiene el mayor gasto educativo del planeta y nos ubicamos al fondo de la lista de desempeño en educación", complementó el líder republicano. 

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Trump le encomendó a su secretaria de Educación, Linda McMahon, "tomar todos pasos necesarios" para avanzar en el desmantelamiento. De acuerdo a un memorándum previo, la planta del organismo se reducirá a la mitad este mismo viernes.

Por otro lado, y según lo publicado en el documento, la iniciativa busca "entregar la educación a las familias en lugar de a las burocracias" y sostiene que la agencia promovía un "control burocrático federal", aunque destacó que continuará desarrollando funciones "críticas".

"Las Becas Pell y los préstamos estudiantiles seguirán gestionándose desde el departamento en Washington, D.C., pero la gran responsabilidad de educar a los estudiantes de nuestra nación volverá a los estados", indicó, por su parte, la secretaria de prensa de la Presidencia, Karoline Leavitt.

De esta manera, disipó por completo los rumores de una posible eliminación del Departamento, lo que requeriría de una ley votada por el Congreso, y para la cual el Partido Republicano no contaría con los números necesarios.