La ola de violencia no tiene fin en Ecuador. El fiscal César Suárez, quien tenía a su cargo diversas causas contra el narcotráfico en ese país, fue acribillado a balazos este miércoles por desconocidos. Entre otros casos, el nacido en la provincia de Manabí investigaba la toma de un canal de televisión en Guayaquil por parte de un grupo de rebeldes, ocurrida la semana pasada.

Suárez fue asesinado cuando se trasladaba en un auto por la avenida del Bombero, al norte de Guayaquil, según reportaron fuentes policiales.

El fiscal también tenía a cargo la causa contra Daniel Salcedo, un prófugo de la Justicia ecuatoriana acusado en casos de corrupción y vinculado con el narcotráfico que fue detenido este martes en Panamá.

TE PODRÍA INTERESAR:

"El crimen ocurre un día después de la detención de Daniel Salcedo en Panamá, involucrado en casos de corrupción hospitalaria. Según información preliminar, Suárez se dirigía desde la Policía judicial hacia la unidad de justicia del Albán Borja para una audiencia", publicó el diario quiteño Primicias en su página web.

El medio recordó que Suárez "tuvo un rol decisivo en casos claves de corrupción, como la investigación por delincuencia organizada que involucra a los hermanos Salcedo Bonilla".

Fabiola Gallardo, jueza de la Sala Penal de la Corte Provincial de Justicia del Guayas, confirmó en su cuenta de X el ataque contra Suárez: "Los atentados contra nuestros compañeros judiciales continúan. El asesinato del fiscal no puede quedar en la impunidad. Mi solidaridad con la familia y con los compañeros fiscales".

El medio ecuatoriano apuntó que "en un reciente caso, en enero de 2023, Suárez vinculó a cuatro personas en un proceso por presunto peculado en el hospital Teodoro Maldonado Carbo, en Guayaquil".

“También estuvo a cargo de la investigación de la estafa de los fondos del Instituto de Seguridad Social de la Policía”, recordó.

Su última investigación resonante había comenzado la semana pasada, después de la violenta ocupación de un canal de TV de Guayaquil protagonizada por una decena de narcos de la banda de Los Choneros, cuyo líder, Adolfo Macías Villamar, alias Fito, se había fugado horas antes de una cárcel de máxima seguridad, en momentos en que el Gobierno de Daniel Noboa había decidido implementar políticas de mano dura contra los grupos que operan en el narcotráfico desde los penales.

El episodio duró varias horas y, finalmente, las fuerzas de seguridad lograron reducir a los asaltantes y evitar que los trabajadores del medio de comunicación sufrieran daños físicos.