Mateo tiene dos años y su amor por los granaderos lo convirtió en el centro de las miradas. Con un pequeño gorro, charreteras, pantalones de montar, botas y sable; el nene participó de la ceremonia de arriado de la bandera en Plaza de Mayo cuando huyó de los brazos de los padres para sumarse al tradicional desfile que se realiza cada día.  

El nene marchó junto a la guardia del regimiento en un acto de total deslumbramiento. Los padres lo habían llevado para que presenciara el acto en vivo, pero no pudo controlar sus ganas y corrió para realizar el ritual patrio. 

"Mamá, no quiero el traje de Spiderman, quiero el de un granadero”, le había dicho el niño a la madre después de visitar la Plaza San Martín en agosto. 

"Nunca había visto a un niño haciendo esto con tantas ganas y tanto orgullo”, dijo Juan Pablo Curti, uno de los granaderos que marchó junto a Mateo –y luego lo invitó al regimiento y a montar un caballo-.