Osvaldo Laport camina de un lado para el otro. Se rasca la barba, se saca los anteojos, se acomoda la gallina y vuelve a tomar el teléfono. Su personaje en la versión argentina de la Casa de Papel es central: se trata ni más ni menos que de “El subcomisario”, jefe de la banda y cerebro del robo.

“La idea es que quede lo más parecido posible a la original, pero siempre dentro de lo que es la argentinidad”, explicó la vedette Carmen Barbieri sobre el nuevo proyecto de Netflix, donde se transformará en la inspectora Raquel Membrillo, contrafigura de Laport.

Con la dirección de Juan Manuel Llop, La Casa de Papel nacional busca aprovechar al máximo el furor que despertó en la audiencia el golpe de mil millones de euros. “En este caso, el botín son 200 mil pesos, seis mil dólares y un pantalón que donó Messi para una gala solidaria que no se hizo”, anticipó Roberto Battión, productor ejecutivo del ciclo.

En el mismo sentido, adelantó que los millones no serán repartidos únicamente entre los enmascarados. “Esto es Argentina, hay que considerar qué parte le toca al que trajo el dato, el 20 por ciento que tenés que darle a la cana y los impuestos, que te rompen el culo”, advirtió Battión. En total, quedarían 25 mil pesos netos para la banda.

Por supuesto, era de esperar que este atraco (“choreo”, en la versión local) tuviera sus particularidades. Sin embargo, hay algunas que no dejan de llamar la atención: por ejemplo, que los secuestradores no tienen nombres de grandes ciudades del mundo, sino de ex jugadores de San Lorenzo.

Así, el jefe operativo del robo no es Berlín sino “el Gringo Scotta”, protagonizado por Ernesto Arriaga. Denver no es Denver sino “Romagnoli”, y Tokio (en la piel de Sofía Gala) es ni más ni menos que “la Oveja Telch”.

Las especialidades de cada uno de los delincuentes también son distintas a las de los españoles. Para tener éxito en la Argentina, la banda cuenta con un hacker, un gerente de recursos humanos, dos que no hacen nada, pero dicen que tienen buenos contactos, un parrillero y tres masajistas que están en Buenos Aires sólo cuando se corta la temporada en Miami.

No son las únicas novedades sobre los protagonistas. De hecho, una de ellas promete revolucionar a la opinión pública. Es que, en la versión argentina de la Casa de Papel, hará su debut actoral Rubén “el Pollo” Sobrero: “Me convocaron para hacer de Mónica Gaztambide y no me pude negar”.

De todas maneras, todavía falta para que la serie salga a la luz. A pesar de lo avanzadas que están las grabaciones, uno de los puntos que sigue en discusión es quién interpretará “Bella Ciao”, la canción que simboliza la resistencia partisana y que se convirtió en un hit de los boliches bailables.

Por un lado, y aprovechando la vuelta de Ariel Puchetta, la producción trabaja contrarreloj para que el tema sea interpretado por Ráfaga. No obstante, barajan otras opciones: en las últimas horas, un representante de modelos acercó el nombre de Iván Noble. “Debe ser una joda”, respondieron en Netflix, aunque dejaron abierta la posibilidad para que ese lugar sea ocupado -finalmente- por Marcela Morelo o Hernán de Mala Fama. Habrá que esperar.