Shang-Chi y La Leyenda de los Diez Anillos: Tony Leung + 10
Película número 26 de la factoría de Marvel Studios y algunas cosas siguen siendo repetitivas, aunque no pierden efectividad. Así es Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos.
Marvel sigue apostado a abordar diferentes géneros dentro de su propio universo. En este caso, una historia de origen que vuelve a usar la fórmula de iniciación: comedia, personajes carismáticos, un conflicto superior que se convierte en una amenaza para todo el planeta y el paso a ser el héroe que le da título a la película. Leído así puede sonar a “otra vez lo mismo”, pero los elementos que entran en juego revalorizan la obra. En este caso, el cine de Artes Marciales con elementos fantásticos (también conocido como Wuxia) y la cultura china en general, predominante en toda la película, la convierten en una opción más que interesante y para ver en pantalla grande.
Shang-Chi es una historia de origen que presenta a un nuevo personaje dentro del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU) interpretado por Simu Liu. Este joven vive en San Francisco (tiene todo el sentido esta elección por la gran población asiática que posee la ciudad) y trabaja en un estacionamiento donde transitan autos de alta gama. Su compañera, Katy (la carismática Awkwafina), es con quien comparte gran parte de su vida, hasta que, claro, algo sale mal: hijo de un guerrero inmortal dueño del poder de los diez anillos, Shang-Chi deberá enfrentar su destino luego de haber escapado durante 10 años de su padre, el poderoso Xu Wenwu. De San Francisco a Macao, al sur de la China continental, Shang-Chi deberá viajar para proteger a su hermana de su padre en un camino de transformación.
El film no solo consigue uno de los más logrados desempeños dentro de la parte coreográfica de toda la filmografía de Marvel -por su búsqueda dentro del cine oriental- sino que también convierte este elemento en su mayor atractivo. Con actores como Tony Leung (leyenda indestructible del cine oriental) y Michelle Yeoh (imposible no recordar a El Tigre y el Dragón) como parte del elenco principal, la película podría llamarse “la de artes marciales de Marvel”. Y claro, acá también entra en juego la corrección política y Marvel cumple con su cuota de representatividad.
Respecto al personaje y la historia de origen, para los que no son seguidores de las películas de Marvel, pero por alguna cuestión los invade la curiosidad, esta es su oportunidad: Shang-Chi sirve como película individual y al no ser de los nombres de la primera línea del palo comiquero, su presentación es más abierta. Ya habrá tiempo para expandir y eso lo deja bien en claro las dos escenas post créditos que tiene la película dirigida por Destin Daniel Cretton. Así y todo, Shang-Chi sigue siendo un personaje relativamente joven con tal solo 50 años de historia (Special Marvel Edition #15 - diciembre de 1973).
Por el lado de Simu Liu, actor que protagoniza este nuevo episodio del MCU, cumple bastante bien con su objetivo, incluso se lo ve preparado físicamente para encarar todas las escenas de acción marcial, pero nunca termina de tomar la fuerza necesaria a nivel dramático. Por momentos se siente bastante dependiente de sus compañeros de cast., pero por sobre todas las cosas de los aportes de Awkwafina. De todos modos, está muy bien acompañado: a los ya mencionados miembros del elenco, completan Wah Yuen (otra leyenda del género), el regreso de Ben Kingsley, ya se imaginarán para qué, y Florian Munteanu, el grandote que debutó como actor en Creed 2, en este caso, un matón de Xu Wenwu.
Dentro de los 133 minutos de película, bastante bien llevados, también hay momentos donde la historia pierde el hilo conductor para sobreexplicar los sentimientos del protagonista y darle una profundidad dramática que quizá no se necesitaba. Al final del film, también se excede para darle una espectacularidad que a ese punto estaba resuelta con buenos combates marciales y las sobradas muestras de talento de Leung.
Respecto a la participación de Shang-Chi dentro del vasto universo de personajes de Marvel, muy de a poco le darán el lugar que tendrá que ganarse. Por el momento, solo fue una muestra gratis de lo que será su aporte a lo que viene, dado que personajes e historias para configurar la Fase 4 todavía hay de sobra.
Como carta ganadora, Shang-Chi tiene una sólida propuesta estética y las escenas de acción basadas en los combates cuerpo a cuerpo, usando diferentes escenarios como en las escenas introductorias de los protagonistas. Su fuerte radica en la elección de ser una película de Artes Marciales y haber elegido a un elenco experimentado en el género.