Bill Cosby fue acusado de drogar y abusar sexualmente a 50 mujeres desde 1965. El famoso actor y humorista de Estados Unidos, al que nadie se animaba a escrachar por las amenazas que recibían, tuvo impunidad hasta el 2014 cuando finalmente una denuncia llegó a los medios.

Andrea Constand, empleada de la Universidad de Temple, Filadelfia, consiguió llevarlo a juicio oral y cuatro años después verlo condenado. Tras la aparición pública de su denuncia, decenas de actrices salieron a contar que a ellas también les había pasado y fue la antesala de lo que en 2017 llevaría el nombre de #MeToo.

El colectivo de solidaridad entre víctimas de acoso y abuso sexual o de poder, lleva meses cambiando la historia de la industria del entretenimiento dando a conocer todos los casos existentes y dejando desamparado un sistema que permitía estas acciones.

Hoy, por primera vez, uno de los nefastos personajes de esta historia, fue condenado por la Justicia a lo que podrían ser más de 30 años de cárcel por haber agredido sexualmente a tres mujeres.

A sus 80 años, Cosby cumplirá las tres condenas: la de penetración sin consentimiento, penetración en estado de inconsciencia y penetración tras haber administrado un estupefaciente. Estos tres delitos se castigan en Estados Unidos con hasta 10 años de prisión cada uno, con lo que el comediante, un icono de la televisión americana, se enfrenta a una pena máxima combinada de hasta 30 años de prisión.