El debate por el aborto sacude los pasillos conservadores de Tribunales
Mediodía y el edificio de la Avenida de los Inmigrantes está repleto de gente. Es lo más parecido a un hospital, pero detrás de cada una de las puertas no hay pacientes sino jueces y juezas penales, civiles y especializados en lo penal y económico. En una de las puertas del cuarto piso, pegaron el viernes pasado el sticker azul del bebito. Casualmente, ese "salvemos las dos vidas" sólo apareció colocado en el despacho de una jueza que se manifestó públicamente a favor del aborto legal, seguro y gratuito.
El debate por la interrupción legal del embarazo también llegó a Tribunales, un ámbito mucho más conservador que el Senado y donde las conversaciones se dan casi a escondidas. El merchandising "pro-vida" le gana a los pañuelos verdes tribunalicios de la misma manera que los hombres son mayoría en los puestos judiciales de poder.
El debate por el aborto también llegó a Tribunales, un ámbito mucho más conservador que el Senado y donde las conversaciones se dan casi a escondidas.
"El aborto no se debatía en la Facultad de Derecho y tampoco se habla en los concursos del Consejo de la Magistratura", explica la jueza civil Marcela Viano Carlomagno y recuerda que las que se atrevían a hablar eran consideradas homicidas o prostitutas. "Te permiten tener una cruz y una virgen pero no decir cuáles son tus pensamientos con respecto a este tema", resalta.
A 300 metros, en otra oficina judicial, una funcionaria le da la razón, coincide y sostiene que Comodoro Py mantiene aún una lógica muy conservadora: "En este edificio no se puede decir nada porque te miran mal".
Con mayoría de varones, el principado de Retiro tuvo su pañuelazo a favor del aborto dos días antes de que se debatiera en el Congreso. En las escalinatas, estaba el fiscal Franco Picardi, uno de los más nuevos dentro del edificio. Una jueza federal (que prefiere no revelar su nombre justamente por los prejuicios de la familia judicial) afirma que el tema no se habla porque muchos lo ven como un debate "lejano" y otros directamente como "tabú".
Las causas fantasmas
"No conozco en la Ciudad de Buenos Aires condenas por aborto, ni siquiera a médicos", explica Ricardo Rojas, juez del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº18. Coincide con lo planteado por la jueza laboral Gabriela Vázquez en su exposición en el Congreso hace una semanas: hay un cantidad ínfima de condenas (tres en todo el país durante 2016) y las denuncias en la Ciudad se archivan casi todas porque provienen en su mayoría del secreto profesional.
Entonces, ¿para qué sirve el artículo 86 en el Código Penal? "Para empujar a las mujeres a la clandestinidad", sostiene la funcionaria de Comodoro Py 2002. "La problemática del aborto tiene que estar lejos del Código; es una cuestión de derechos humanos, sociales y culturales y no tiene que ser delito", marca el juez civil Gustavo Caramelo.
Del otro lado del mostrador, una fiscal y una jueza penales manifiestan lo contrario. Ambas pidieron que sus opiniones no figuren con nombre por temor a que las recusen, pero sostienen, con convicción, que la protección de la vida se extiende tanto a la madre como al hijo por nacer. "Si despenalizamos el aborto, sólo conseguiremos que se avale el trabajo de los médicos que realizan los procedimientos clandestinos", argumentan.
Inconstitucionalidad, ¿sí o no?
Para Caramelo, una ley que permita el aborto hasta las 14 semanas no es inconstitucional. Explica que no va en contra de ninguna norma internacional ni de los tratados que suscribió Argentina. "El aborto no es algo para celebrar, es una necesidad social y tenés que enfrentarlo con una política de salud pública", marca.
Ante los y las diputadas, la jueza Vázquez sostuvo que la legalización del aborto "no viola el derecho a la vida” sino que evita la criminalización de mujeres. "Que la Convención por los Derechos de los Niños sostenga que debe protegerse la vida desde la concepción ya nos marca que una ley por el aborto irrestricto va en contra de nuestra Constitución y todo lo que firmamos”, explica una jueza penal que tiene su despacho en el palacio de Tribunales.
Lo que el debate dejó
Uno de los fiscales que se encarga de las causas por delitos comunes dentro de la Ciudad asegura que, de aprobarse la ley, el tema se trasladará a Tribunales con un resultado que dependerá del juzgado que toque. "Muchos dirán que es inconstitucional y terminará seguramente en la Corte", resume.
En la misma línea, Caramelo también cree que va a judicializarse el tema. "Más allá de que cualquiera de los sectores intente elegir el juez para que decida (lo que se llama forum shopping), esto llegará al Máximo Tribunal y probablemente el fallo sea a favor", arriesga. Argumenta que la base del fallo FAL (que en 2012 ratificó la interrupción legal del embarazo para casos de abuso sexual o cuando correr peligro la vida de la mujer) y la postura de uno de los jueces de la Corte juegan a favor.
"Más allá de que cualquiera de los sectores intente elegir el juez para que decida (forum shopping), esto llegará al Máximo Tribunal y probablemente el fallo sea a favor".
"El debate sirvió para que quede en claro que la gente que quiere abortar, va a seguir abortando", puntualiza el juez Rojas y agrega: "Hay múltiples alternativas cuando blanqueás la situación: asesoramiento, acompañamiento, mejoras en la adopción, pero si mantenés el aborto en la clandestinidad, no hay posibilidad".
"El derecho tiene que ser siempre una evolución y a las mujeres nos llevó siglos conseguir derechos", cierra Carlomagno, convencida de que, tarde o temprano, el aborto será ley. En algunas fiscalías cercanas a Plaza Lavalle, el debate sirvió para que muchas funcionarias y empleadas charlaran sobre situaciones cercanas y experiencias personales. En sus escritorios aparecieron luego los mismos "fetitos” que repartían los supuestos grupos pro-vida en el Congreso.