En medio de las disputas cada vez más acentuadas entre el oficialismo y la oposición más dura, la Cámara de Diputados fue este martes escenario de un escándalo, cuando la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se presentó en comisión para detallar el presupuesto 2025 asignado a su área.

Con artillería pesada, diputados de la oposición le recordaron su presunto pasado "montonero" y la catalogaron como "asesina de bebés", en alusión al mito de que ella "ponía bombas en jardines de infantes" durante los años 70.

La diputada de Unión por la Patria Lorena Pokoik le gritó que su política era establecer un "estado de sitio" y puso como ejemplo que legisladores nacionales sufrieron la violencia policial en carne propia cuando fueron atacados por uniformados policiales en manifestaciones frente al Congreso.

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"Los diputados no tienen coronita. Si se ponen delante (de cortes de calle), van a sufrir las mismas consecuencias", retrucó la titular de Seguridad.

A partir de ese momento, el clima se puso más ríspido y se armó un remolino de acusaciones cruzadas: las más enardecidas fueron Pokoik y la izquierdista Vanina Biasi .

"Vamos a seguir con esta política porque significa devolverle libertad a los ciudadanos", redobló la apuesta la funcionaria, al hacer referencia al protocolo antipiquetes con el que se logró disminuir la cantidad de cortes de calles y rutas.

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Uno de los más enardecidos fue el veterano diputado kirchnerista Leopoldo Moreau, quien le reclamó a la ministra que se callara.

"¡Pará flaco! ¡Callate vos, caradura!", devolvió Bullrich. "¿Querés que te cuente de la plata de (Alfredo) Yabrán que cobraste vos acá, caradura?", siguió con más vehemencia al referirse al todopoderoso empresario que se suicidó en mayo de 1998.

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El disparador de la balacera entre la funcionaria y un grupo de diputados kirchneristas y de izquierda fue el contrapunto que protagonizó con Nicolás del Caño, quien la cuestionó por la represión y le preguntó si consideraba a los manifestantes de las universidades públicas como "delincuentes".

"De ninguna manera nosotros consideramos delincuentes a los manifestantes", aclaró la jefa de la cartera de Seguridad. "Ahora, el que quema un auto, los que destruyen bienes públicos, ¿qué son si no son delincuentes? Explíquemelo usted. Nosotros siempre distinguimos el manifestante del señor que agarra un palo, le rompe la cabeza a otra persona. El señor que quema un auto, ese señor es un delincuente", insistió.

En otro tramo, Bullrich defendió con firmeza la política del Gobierno de poner fin a la intermediación de las organizaciones sociales para el cobro de planes, y también la política de orden pública para impedir los cortes de calles y rutas. "Hay más dinero para la represión que para la educación", lamentó Del Caño.

La mención irritó a Bullrich, que le aclaró al diputado trotskista que las partidas que más crecen en el Presupuesto 2025 no son para Seguridad sino para Capital Humano. "Eso es una decisión del presidente de la Nación (Javier Milei) de tener una cobertura social fuerte, distinta, sacando del medio a los intermediarios, a los gerentes de la pobreza, los que les cobraban, los que los llevaban a las marchas", indicó.

"Durante 25 años salieron todos los santos días a la calle para impedir que los argentinos lleguen a su trabajo. Los que viven en el conurbano sur, los más pobres del Gran Buenos Aires, eran discriminados cuando venían a buscar trabajo a la Ciudad porque tenían el Puente Pueyrredón cortado", consideró.

"Hay una decisión de este Gobierno de que haya orden público, que las calles no estén tomadas todos los días, que la gente no sea tomada como rehén", concluyó.