Desde este lunes 1° de julio rige un aumento del 4% promedio en la nafta y el gasoil. Las subas corresponden al 1% de incremento del impuesto a los combustibles líquidos (ICL) que definió el Gobierno, la devaluación mensual del 2% del tipo de cambio oficial y la suba de biocombustibles, aunque el impacto resulta menor al esperado por la intención oficial de contener las tarifas y su efecto inflacionario.   

La medida establecida en el Decreto 554/2024 difundido en el Boletín Oficial responde a la decisión gubernamental de postergar el alza total en los tributos. A pesar de esto, en el interior del país los combustibles incrementos pueden alcanzar el 7%

De esta forma, la nafta súper pasó de $905 a $941 por litro en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), mientras que el gasoil aumentó de $941 a $980 por litro. 

Cabe recordar que los valores ya registraron ajustes que los llevaron a más de un 110% promedio por encima de los precios de fines del año pasado.  

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La semana anterior, el Gobierno decidió posponer una actualización superior de los tributos. De esta forma, se evitó que se aplique un ajuste del 115% en la carga impositiva sobre la nafta y el gasoil, lo que hubiera implicado una escalada del 18% en los surtidores de YPF, Shell, Axion y Puma, según cálculos privados. 

"Las tarifas energéticas no van a aumentar en el mes de julio. Esto estaba planificado así en virtud de los aumentos realizados en junio y teniendo en cuenta la estacionalidad. En relación a los combustibles, se decidió aumentar el 1% el componente de impuestos a los combustibles. El grueso del ajuste está hecho y ahora hay que pasar de la motosierra al bisturí", publicó el asesor del Palacio de Hacienda, Felipe Núñez, en su cuenta de X.

El ministerio de Economía entiende que -ante este menor impacto impositivo y consecuente traslado reducido a los precios- las petroleras colaborarán con la meta de desacelerar la inflación.