La medición del aumento de precios que arrojan las consultoras privadas para septiembre dejó obsoletas todas las proyecciones de inflación anual realizadas hasta ahora. Aunque aún falta el dato de Indec, la cifra para el noveno mes del año rondaría el 7% y, en el tercer año del gobierno de Mauricio Macri, el acumulado superaría al 45%.

En ese contexto, el Banco Central lleva adelante un apretón monetario para recuperar la certidumbre frente a los mercados y bajar el aumento de los precios de cara al año electoral. El costo del programa monetario será una mayor caída del consumo interno y, por la caída de los créditos, un congelamiento de la economía. En síntesis, una recesión sin precedentes en la era Macri.

Los próximos meses de 2018 no serán mejores. En octubre, por ejemplo, habrá aumentos de transporte, gas, medicina prepaga y expensas. Además, los aumentos de naftas, consumados el último día de septiembre, actuarán sobre la cifra inflacionaria de octubre. Con esas subas, el índice de precios de este mes no será más alentador que el de septiembre.

Desde este lunes comenzó a regir el programa monetario diseñado por Guido Sandleris en el BCRA. El economista preparó un programa de shock de expectativas. Cabe preguntarse, y algunos economistas lo hacen, si la cura no es peor que la enfermedad. Doctorado en Economía en la Universidad de Columbia, la oposición advierte que Sandleris no conoce lo fácil que es generar un diciembre caliente. El humor social está, también, en estado crítico.

El BCRA pronostica que recién en 2019 comenzará a bajar la inflación. Hasta el primer mes del año entrante, habrá recalentamiento de precios en todos los sectores de la economía. La apuesta para el año electoral, al menos la que figura en el presupuesto, es que la inflación sea de 23%, es decir, la mitad de la que se espera para el corriente año.

Con tasas voladoras, el Central logró dos días de paz cambiaria. Y es que los mercados parecen haber digerido correctamente las medidas contractivas de Sandleris. Si la tasa se mantiene por encima del 65%, no cabe esperar que sean los mercados los que den un nuevo golpe cambiario a la Argentina, sobre todo teniendo en cuenta que el tipo de cambio tiene $5 de margen para subir.

Ahora, el problema se traslada de la City a las calles. Con salarios que aumentan por debajo de los números de inflación, aumento de desempleo y suspensiones y el fin de las changas, el oficialismo gobierna día a día y piensa en esquemas de contención social para llegar con aire al 2019.