En pocos días se cumplirán tres semanas desde que el Poder Ejecutivo presentó de la mano de Martín Guzmán el Presupuesto 2022. Documento que se giró al Congreso de la Nación en medio del cataclismo dentro del Frente de Todos (FdT) que disparó, en primer lugar, la derrota en las PASO y, en consecuencia, la ola de renuncias ministeriales. Desde entonces, la Ley de leyes aunó las críticas de gran parte de la oposición, pero también de un importante sector de la coalición gobernante.

“Inconsistente”, “impracticable”, “invotable”, son algunos de los calificativos que usan dirigentes del Interbloque Federal o Juntos por el Cambio (JxC) para describir al proyecto elucubrado desde el Ministerio de Economía. Pero lo más llamativo es que las críticas no solo provienen de fuerzas adversarias, sino de propios. El grupo de parlamentarios que responden a Máximo Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner dejó entrever su malestar desde el día en que se presentó. El titular del bloque del FdT insistió en más de una ocasión en la necesidad de ampliar el gasto para llegar a las personas más vulneradas por la pandemia y la crisis económica.

En conversación con El Canciller, el diputado nacional de la Corriente Clasista Combativa (CCC), Juan Carlos Alderete, coincidió con esa postura. “Es un presupuesto en donde hay cierto ajuste”, opinó, y después agregó: “Tiene que haber un ajuste en el presupuesto, no un ajuste para que lo pague la gente”. Aunque del otro lado de la grieta están aún más lejos de los consensos. Paula Oliveto, de la Coalición Cívica-ARI (CC-ARI), expresó a este medio: “Lo que mandaron no es razonable ni realista”.

Por eso, en el oficialismo analizan alternativas al texto original. “El que mandaron no es el que van a tratar. Van a mandar otro o el FdT lo modificará”, dijo Oliveto, quien aseguró que el bloque presidido por Kirchner lo comunicó formalmente en una reunión de presidentes de bloque. En la bancada frentetodista lo desmienten pero admiten que seguramente habrá cambios.

El documento original proyecta una inflación anual del 33%, crecimiento del PBI del 4%, déficit fiscal del 3,5%, incremento del salario real del 3,8%, dólar oficial a $131, aumento de la recaudación impositiva del 45,3% y suba de la inversión por 3,1%.

Sin embargo, y si bien en algunos planes sociales puntuales como la Tarjeta Alimentar o el Potenciar Trabajo los porcentajes en términos reales crecen –en un 68% y 43% respectivamente–, en otras partidas la reducción es notoria: Salud (-21%, ya que no prevén más gastos COVID), Repro (de $80 millones a $37 millones), Programa Acciones de Empleo (-72%), Seguro por Desempleo (-30%), subsidios a la energía (-0,5% respecto al PBI) o casos como el de los subsidios para el Transporte del Interior, en donde se proyecta lo mismo para este año, lo cual implica una caída en términos reales.

“Nosotros no lo vamos a aprobar si hay ajuste. Si no hay modificaciones para distintos sectores tampoco vamos a estar de acuerdo”, sostuvo Alderete, que forma parte de la coalición gobernante. “Para nosotros tiene importancia que no disminuyan las partidas para fomentar el empleo y las PyMEs, que son las que generan el trabajo formal”, añadió al mismo tiempo en el que dijo que seguramente vayan a haber modificaciones.

“No sé lo que mandarán, pero calculo que será más irrealista todavía”, anticipó por su parte Oliveto, quien también se mostró sorprendida: “Es muy poco serio. Porque vos podés tener divergencias como oposición. Ahora, generalmente en los oficialismos, si hay alguna modificación, es porque los gobernadores te lo piden y se hace en la Comisión de Presupuesto. Esto no pasó nunca”.

En tanto, la diputada del FdT Lía Verónica Caliva resaltó: “Esperamos que contemple las urgencias populares. La salud tiene que seguir siendo una prioridad porque seguimos transitando la pandemia”. 

El Gobierno se encuentra en una encrucijada. Si aumenta el gasto, la principal fuente de financiación será la emisión monetaria. En la oposición reniegan de esa opción y auguran, en ese caso, un escenario catastrófico de inflación. “Lo importante es salir de la situación económica que tenemos, más allá de la emisión. Hay herramientas e instrumentos para frenar la inflación. Si no se emite, va a ser un presupuesto de ajuste. No le demos vueltas”, cerró Alderete.