La turbulencia económica de los últimos meses afectó todas las industrias y la automotriz, no pudo evitar las consecuencias. Con las estadísticas disponibles de julio, se puede comprobar que el mercado batió el récord histórico de depreciación de un 0 km.

La diferencia entre un auto nuevo y un usado de 2017 es el doble de la diferencia habitual. Solamente por salir de la concesionaria, el vehículo pierde un 40% del valor, en promedio.

"La brecha entre un vehículo de un año de antigüedad respecto al nuevo es, en épocas normales, de entre 10% y 20%. Hoy es más del doble, lo que muestra que estamos viviendo un momento atípico", explicó Alberto Príncipe, presidente de la Cámara del Comercio Automotor a Ámbito Financiero.

El efecto del dólar impactó directo en los precios y, solamente en 2018, los nuevos autos ya subieron un 45%. La brecha se produjo porque los usados no aumentaron al mismo porcentaje y el efecto directo fue una baja en las ventas de los 0 km del 17% interanual en julio.

Agosto no sería prometedor: según los datos de patentamiento, la baja en ventas llegaría al 28%.   

Al problema local se le suma una complicación internacional. A partir de las nuevas alícuotas que regirán para las exportaciones, el mercado perderá $8200 millones por la baja de reintegros.

Las principales automotrices se reunieron con el ministro de Producción Dante Sica para evaluar la situación. Para el fisco, este conglomerado representa el 49% de los reintegros pagados en total a todas la industrias.

Solamente en 2018, estas 12 empresas exportaron $6498 millones de dólares y se les reintegró $426,1 millones de dólares. Ante estos mismos números, pero con las nuevas alicuotas, ahora recibirían $156,8 millones de dólares.