El cimbronazo electoral que sufrió el Gobierno tiene, este lunes, su traslado directo a los mercados. Los inversores se guiaban por las encuestas que hasta el viernes auguraban una victoria leve de Alberto Fernández. El error en el que incurrieron todos los pronósticos se ve reflejado en un salto exponencial del dólar, así como en una caída brutal de acciones y bonos argentinos en Wall Street. El lunes de Mauricio Macri asoma tan largo como el camino hasta el 10 de diciembre.

El dólar minorista registraba esta mañana una contundente suba con relación al cierre del viernes último, y se ofrecía, en algunos bancos privados, en torno a los 60 pesos. Esa cifra refleja un ajuste de casi 14 pesos con respecto a la cotización del viernes, cuando promedió los 46,47 pesos. En el Banco Nación, la divisa comenzó a operar por encima de los $51, para colocarse rápidamente sobre los $61. El techo aún es desconocido.

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La gran incógnita de cara al futuro es si el Gobierno seguirá utilizando reservas para evitar una megadevaluación del tipo de cambio (que podría ocurrir de todos modos), pensando en aumentar la competitividad de Macri de cara a octubre, o si dejará flotar a la divisa haciendo una devaluación que beneficiaría, en última instancia, a Alberto Fernández.