La deuda pública argentina pasó del 52 por ciento al 80 por ciento del Producto Bruto en tres años y, con el nuevo ingreso de dinero por la ampliación por el acuerdo con el Fondo Monetario, podría alcanzar el 93% a fin de año, una cifra récord

Según datos del Banco Mundial, Argentina ya es oficialmente el país que mayor deuda pública registra en América Latina y el Caribe en proporción al tamaño de su economía. En su último informe, la entidad manifestó su preocupación por el alto nivel de endeudamiento, no solo en la región sino en el mundo, que alcanzó "un récord histórico".

Pero los datos del BM no contemplan la inyección de U$S 5.631 millones extra acordados hace dos semanas, que elevaría a U$S 90.000 millones el total de la deuda contraida por la administración de Mauricio Macri (el mayor monto neto en la historia argentina en tres años) y elevaría, según la consultora Ecolatina, el proporcional sobre el PBI a 93%.

En el informe del Banco Mundial consta, además, que solamente dos países de América Latina y el Caribe proyectan una caída en su actividad económica para 2019: Argentina (-1,6%) y Nicaragua (-0,5%). El resto de las 30 naciones presenta estimaciones de crecimiento, que relativizan el impacto de la suba de tasas en Estados Unidos en la región.

Al igual que Fitch hace una semana, la agencia Standard and Poor's (otra de las "tres grandes" de ese mercado) también le cambió la calificación a la deuda argentina por los efectos que las políticas de ajuste del Gobierno tuvieron en las perspectivas económicas.

"Ha habido una erosión del perfil de deuda de Argentina, de la trayectoria de crecimiento económico y de la dinámica de inflación tras los reveses en la implementación de su desafiante programa de ajuste económico", sostuvo S&P en un comunicado dado a conocer anoche, en el que anunció una baja en las calificaciones soberanas de largo plazo en moneda extranjera y en moneda local desde B+ a B "estable" y confirmó la calificación B para las de corto plazo en moneda extranjera y moneda local.

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A pesar de los intentos de Guido Sandleris y Nicolás Dujovne por llevar tranquilidad a los mercados, en especial en materia cambiaria, S&P también redujo su evaluación de "riesgo de transferencia y convertibilidad" (T&C) de "B+" a "BB-". El riesgo de T&C es el riesgo "político": mide la posibilidad de que el Estado intervenga en el mercado cambiario y financiero con normas restrictivas que dificulten el pago de deuda.

Si embargo, pese a la baja en la calificación, la perspectiva se ubicó en "estable" debido a que la agencia considera que "el Gobierno implementará medidas fiscales, monetarias y de otro tipo para estabilizar la economía durante los próximos 18 meses".

Fitch, en cambio, había hecho lo inverso la semana pasada: bajó la perspectiva de su calificación de estable a negativa, pero no modificó la nota. Moodys, en tanto, mantiene sin cambios su evaluación desde noviembre de 2017.