La asamblea de accionistas de Aerolíneas Argentinas aprobó el balance correspondiente al 2023, confirmó una pérdida final de más de USD 220 millones para ese ejercicio, y, además, reportó ganancias operativas en el 2024 por primera vez desde su estatización, de USD 20,2 millones, según informaron fuentes de la compañía. El plan de sus directivos continúa siendo mejorar el desempeño para facilitar la privatización.

Las pérdidas del 2023 se registraron incluso cuando la empresa capturó más de USD 500 millones de ganancias financieras extraordinarias gracias a la brecha cambiaria, lo que le permitió reducir artificial y temporalmente su demanda de recursos del Tesoro.   

A raíz de estos resultados, los representantes de las acciones del Estado decidieron desaprobar la gestión del directorio responsable de esta pérdida, cuyos miembros fueron removidos en su totalidad cuando Fabián Lombardo asumió la conducción de la compañía.   

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Durante los últimos 16 años, la empresa registró una pérdida operativa anual promedio de USD 400 millones a nivel EBIT (ganancias antes de intereses e impuestos). Este indicador, que es el principal semáforo al que se presta atención para evaluar la performance de una empresa en la industria aerocomercial, resultó en un rojo de USD 390 millones en 2023.   

Sin embargo, y de acuerdo a lo informado por Lombardo en su exposición ante la asamblea, en 2024 ese número resultará positivo por primera vez desde que la empresa está bajo control estatal.   

Con un superávit de USD 20,2 millones, la mejora en ese resultado se dio en la operación misma, es decir que, por primera vez desde su estatización en 2008, Aerolíneas Argentinas registró ingresos mayores a los costos requeridos para su operación.   

"Este logro estuvo acompañado por una reducción de la deuda consolidada en dólares de un 25% sin haber afectado el nivel de caja de la compañía. Además, este año fue el de menor volumen de fondos devengados para gastos corrientes por el Tesoro Nacional a favor de la empresa desde su estatización", aseguró Lombardo durante su exposición.   

"De acuerdo a nuestras proyecciones, le informamos al ministerio de Economía que durante 2025 no le pediremos plata al Tesoro, ya que toda la operación se sustentará con ingresos genuinos de la propia empresa. Esto colocará a Aerolíneas Argentinas como un activo de valor que permitirá a sus accionistas evaluar sin limitaciones todas las alternativas de futuro para la compañía", agregó.

Según señalaron las fuentes, estas mejoras se consolidaron gracias a una política agresiva de reducción de costos, que incluyó la baja de más del 13% de su planta de personal, llevando el número de empleados al nivel más bajo en 14 años y logrando el menor promedio de trabajadores por avión en la historia de la compañía.   

En este proceso dejaron la empresa más de 1.600 personas, y se eliminó un total de 85 cargos jerárquicos, incluyendo ocho direcciones, 20 gerencias y otras 57 posiciones de diversas categorías.   

Por otra parte, las negociaciones con los sindicatos que se dieron sobre el final de 2024 se condujeron con la premisa de aumentar la productividad de la flota y del personal de vuelo y tierra. "El trabajo estuvo enfocado en acercar a la compañía a los estándares de la industria y en mejorar su resultado para hacerla atractiva para una salida al mercado cuando las condiciones estén dadas", destacó Lombardo.