La jubilación cambia la vida de una persona de forma significativa. Es otra etapa en la vida, y para muchos, la más feliz. Alcanzamos la independencia o libertad financiera en el momento en que ya no necesitamos de un trabajo para vivir y podemos mantener nuestro estándar de vida sin trabajar. El sueldo lo pagan los activos en lugar del trabajo. Por eso, el objetivo es planificar y ahorrar para lograrlo, antes de pasar toda la vida encerrado en una oficina.

Planificar a futuro (a mediano y largo plazo)

La jubilación pública sólo puede cubrir una parte de las necesidades, y cuánto mayor sea el salario, menor el porcentaje que representará la jubilación al momento del retiro. Por eso, para que la “edad del retiro” sea un alivio (y no una carga) es imprescindible prever, planificar y ahorrar. Sea cual sea la edad o situación familiar, debe figurar entre los objetivos financieros prioritarios.

  • Calcular qué ingresos mensuales se van a necesitar para el retiro.
  • Estimar otras fuentes de ingresos, como jubilación estatal, alquileres u otros.
  • Calcular la diferencia entre los primeros dos puntos.
  • Estimar cuántos ahorros se van a necesitar para cubrir este desfasaje.
  • Elegir los mejores instrumentos financieros para alcanzar el objetivo y comenzar ya.

Planificar cuánto dinero voy a necesitar por mes

Se debe estimar cuánto dinero se va a necesitar en el momento del retiro. Sin eso, no se podrá planificar bien el ahorro. Un criterio utilizado es que durante el retiro hará falta entre un 80%-90% de los ingresos previos a la jubilación. Según esta teoría, por ejemplo, con un sueldo de $ 50.000 mensuales antes de jubilarse, harán falta entre $ 40.000 y $ 45.000 para mantener el mismo estilo de vida.

Se estiman gastos mensuales inferiores porque se supone que la mayoría ya habrá comprado su casa, y no destinará demasiado en otros gastos, como ropa, transporte. Y seguramente pagará menos impuestos. Aunque esta regla no es necesariamente válida para todo el mundo, ya que para muchos las necesidades económicas cambian pero los gastos no varían demasiado. Incluso pueden subir.

Planificar cómo me gustaría que fuera esa etapa

¿Qué quiero hacer? ¿Viajar, hacer deporte, algún hobby? ¿Dónde quiero vivir? ¿Qué expectativas de salud tengo? ¿Tendría una prepaga? Son variables a tener en cuenta para calcular cuánto dinero voy a necesitar por mes. Una vez que se tenga una idea aproximada, sumado al importe estimado de la jubilación estatal, la diferencia entre los dos será lo que se puede financiar con un seguro de retiro u otra herramienta de capitalización confiable.

Elegir los mejores instrumentos financieros

No es aconsejable utilizar sólo un producto de ahorro-inversión. Lo ideal es diversificar. Cuantos más años queden hasta ese momento, más agresiva puede ser la política de inversión. Es decir, se podrá invertir un mayor porcentaje con un nivel de riesgo conservador y una rentabilidad mayor. La inflación también juega: cualquier dinero que no genera una rentabilidad por lo menos igual a la tasa anual de inflación, está perdiendo poder adquisitivo. Por eso los mejores productos son aquellos destinados al ahorro a largo plazo.

  • Seguros de Vida con Capitalización

Son seguros destinados a cubrir contingencias como fallecimiento, enfermedades graves o invalidez total y permanente. Es una herramienta que, además, genera una reserva matemática de la que se puede disponer en cualquier momento. En próximas ediciones brindaremos más detalles sobre coberturas y beneficios.

  • Seguros de Retiro e Inversión

Son seguros que tienen como objetivo canalizar el ahorro a largo plazo para acumular capital que sirva de complemento a la jubilación. Son seguros individuales de ahorro a largo plazo, cuya finalidad es hacer aportes para una renta segura. Las inversiones que no se retiren seguirán generando intereses futuros.

Los ahorros tendrán que durar muchos años, y si se gastan antes del tiempo, sólo quedará la jubilación de reparto para vivir.

Martín Zoanni es experto en finanzas personales.

mzoanni@elcanciller.com