Duelo de estilos: Cristina vs Mariu
Fuente: FiloNews
Después de las elecciones legislativas las mujeres más poderosas de la política nacional dieron un volantazo en su imagen pública. Será que algo de la mítica frase de la reina de los almuerzos, como te ven te tratan, se cuela en las estrategias comunicacionales que diseñan los equipos de asesores políticos. Tanto Cristina Fernández de Kirchner como María Eugenia Vidal dedican tiempo y energía al diseño de su vestuario con el objetivo de proyectar el tipo de mujer que quieren ser para el electorado.
A Cristina históricamente se la criticó por sus características “masculinas”: ser soberbia, mandona, mujer-hombre. Aparentemente, los focus groups arrojan resultados que determinan que una mujer que ejerce el poder es socialmente aceptada pero que no por eso debería perder la ternura o la feminidad. A partir de esa lectura, la ex presidenta construyó una nueva imagen y la hizo debutar a principios de diciembre cuando recibió a la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, luciendo ropa mucho más casual que la que usa habitualmente (una camiseta y un pantalón negro). El toque sorpresa lo dio su nuevo peinado: después de casi quince años de lucir una melena suelta, abundante y sensual, Cristina Kirchner comenzó a usar en sus apariciones públicas un peinado recogido que recuerda inevitablemente a Eva Perón.
¿Baño de humildad? No sería casual, porque al cambio en la melena empoderada se sumó otra modificación en un elemento fetiche: la cartera. El periodismo y las redes sociales han dedicado incansables críticas a las carteras de Cristina, por usar marcas de primer nivel internacional a precios inaccesibles para la argentina promedio. Sin elementos de ostentación, bajar un cambio parece ser la consigna que encarna la actual senadora.
Fuente: La Nación
Estos gestos de despojo se parecen bastante a las decisiones de estilo que toma la gobernadora de la provincia de Buenos Aires. Si bien no existe una ausencia de estilo -menos en la política- parece que la estrategia me puse lo primero que encontré le funciona a la perfección. Al observar los atuendos con los que aparece Vidal en sus presentaciones se pone en evidencia que la imagen que le rinde (frutos y votos) es la de la vecina de al lado. Si la prenda casual emblema de Cristina es la calza negra, para Vidal el poder terrenal se lo da el jean (o el short de jean en verano). La ausencia de artificios es lo que caracteriza la imagen de Mariu: pelo lacio, cara lavada, jean y camisa, son los elementos que transmiten la idea de chica del montón.
Sin embargo, en las últimas apariciones públicas Vidal modificó levemente algunos conceptos de su imagen. Fue tapa en La Nación Revista del 17 de diciembre, en donde apareció sonriente en un traje rojo, un color asociado al poder y al optimismo que nunca integró su paleta de colores. También circuló una foto en donde luce un vestido corto estampado con estrellas y un arco iris, con impronta entre aniñada y sensual y otra en Mar del Plata en donde usó un poncho blanco de verano, una prenda autóctona y popular. El fin de semana pasado fue como invitada al programa de Mirtha Legrand, y usó un vestido blanco y negro irregular que debaja ver el tatuaje que tiene en el hombro, un secreto revelado.
Se dice que los cambios de estilo van de la mano de cambios emocionales, que nos cortamos el pelo cuando nos separamos o renovamos el armario cuando conseguimos un nuevo trabajo. En el caso de las mujeres más importantes de la política nacional, una se esfuerza por suavizarse y la otra para levantar el perfil. Teniendo las elecciones presidenciales más cerca que lejos, estos gestos de estilo hacen sospechar que están preparando el terreno para lo que viene.