Miedo mata geopolítica
En la columna de la semana pasada en este gran medio me refería a la ineptitud del peronismo 2019 que no sabe muy bien que hacer a meses de las elecciones, con sus figurines secuestrados por consultores de cabotaje que les venden estupideces como usar o no usar corbata o filmarse escuchando Arjona mientras andan en auto. Todo en el marco de la desesperación por dar vuelta sus nefastas imágenes negativas.
Muchos comentarios hablan también de una ignorancia supina de ellos (y esos consultores) sobre el mapa político mundial, que, aunque no lo creamos “baja línea” y tendencias cada segundo de las 24 horas del día. Hoy a la mañana vi al pasar en Twitter un video del Ex Presidente Doctor Carlos Saúl Menem en una conferencia de prensa de 1996, donde una periodista de Página 12 (presumiblemente Maria O’Donell, aunque sin respuesta de ella ante el pedido de confirmación), donde desde el micromundo izquierdista se le exigía al Doctor que cómo puede ser que diga que en Cuba no hay elecciones.
Nuestro expresidente contestó con una solidez inigualable para los tiempos de hoy y más para un político, explicándole con muy pocas palabras, como si fuera una alumna o una hija, que la democracia funciona si se permiten diversidad de partidos e ideas, así la gente decide qué votar y, por sobre todo, bajo qué organización de país quiere vivir.
Menem, a quien la oposición de izquierda de esa época llamaba “simio” porque no era ario y porque hablaba con tonada de lacra provinciana, tenía una visión de la geopolítica tan clara y tan bien ubicada que con un par de frases le daba un fulbazo a toda la mampostería del marxismo, que se trataba de recuperar como podía de su utopía terrenal vencida en toda línea por el capitalismo y la libertad.
¿Y Macri qué mapa ve? Tiene el mapa de los países bálticos que proponen un capitalismo digital, con el Estado armado sobre estructuras blockchain que te permiten armar una sociedad en 5 minutos desde la laptop, con la habilitación para poder comerciar en todo el mundo y, sobre todo, cumpliendo con las exigencias de la Union Europea. Cinco (5) minutos.
El otro mapa que tiene Macri es Nueva Zelanda, con una docena de impuestos en lugar de los 163 que tiene Argentina. Y Nueva Zelanda no colonizó pueblos pobres, como le gusta refutar a la izquierda cuando se les enrostra experiencias positivas. Nueva Zelanda exporta leche y tiene el parque de los hobbits para ir a visitar.
Tiene el mapa de Paraguay, para no ser tan anglosajón en los ejemplos, que es el país de la región que mas crece de los últimos 20 años en base a una estricta baja densidad impositiva, tan baja es que inclusive los desastres de corrupción de la que son víctimas desde que existe el país no hacen mella en su desarrollo económico.
¡Vamos más allá! El Estado pluricultural boliviano de Evo Morales ya no es una democracia, es abiertamente comunista en sus discursos y diatribas contra el imperio, pero, astutos, están parados sobre una economía ultra liberal que no para de crecer. Tanto, que la casta marxista indigenista reina sin problemas robando lo justo y necesario, mientras que su gente paga por un iPhone lo mismo que yo acá en Miami.
Macri tiene mapas de sobra, que van mas allá de las excusas que se dan para poder seguir ciegos. Desde pantallas progres “colonia no, patria sí” con trasfondo neoliberal, hasta ejemplos que van desde la perfección protestante anglosajona de Nueva Zelanda hasta el éxito constante católico y subtropical de Paraguay. Desde el medioevo digital báltico, hasta el milagro económico de Uganda abriéndose al mundo en el 91 y creciendo un promedio de 6% anual desde ese momento.
Macri capitanea un país que hoy esta instalado en un mundo que tiene el 10% de la pobreza que tenía hace solo 50 años, pero cuando se le consulta por qué se niega a normalizar el país sin necesidad de hacer algo específicamente original, presenta una respuesta demoledora: miedo. Miedo a normalizar los impuestos, miedo a normalizar el sistema previsional, miedo a tomar posiciones activas en conflictos de la región, miedo al Papa, miedo a normalizar la ley laboral, miedo a los medios, miedo a los radicales, miedo, miedo y más miedo.
Ver el mapa para ver qué país querés ser es fácil: es elegir uno y hacer copy/paste de su sistema. El problema con el miedo es que te frena todas las reformas necesarias para que el país despegue tal como despegó el mapa elegido. Remedios al miedo propongo dos (también para ser copiados). Uno, la resolución de Carlos Saúl Menem que dibujó su histórica reforma estatal en solo una noche. Y dos, el valor de unos amigos que pueden dar un par de clases de agallas: el milenario pueblo de Israel.