La política tiene tres formas de verla: la del consultor, la del militante/político y la del entusiasta de la teoría política. 

El consultor ve la política más como un relato de fútbol: “El armado de Pedrito es inestable, de 5 jugadas de gol clava una al ángulo, dos las ataja el arquero y el resto las tira afuera. ¿Como hacer que Pedrito clave su gol? O se junta con Juancito y tira paredes para perforar el área y meterla o juega a las bandas e intenta centros milagrosos. ¿Intentar pateando de afuera? No va, Pedrito es hombre de área”.

La versión del militante/político es explícitamente resultadista: “Pedrito tiene poder territorial pero ahora con las redes sociales la batalla no es en la calle, sino que nosotros gatillamos temas y luego la gente se encarga de compartirlos. De todas formas, en lo territorial tenemos armado en 4 secciones con Juancito y en dos con Panchito, ahí el piso es 30% que nos sirve para reventar a Tincho porque nosotros tenemos a los intendentes y el no. Además, en esas secciones nadie vota Tinchos porque es gente trabajadora”.

La versión del entusiasta de la teoría política es con el dedo levantado: “Pedrito tiene dos opciones para las elecciones: o propone un liderazgo prooccidental con fuerte alianza con Estados Unidos e Israel con apertura económica y competencia global con bajos impuestos para atraer inversiones internas y externas, o tiende hacia el típico modelo de socialdemocracia parlamentaria con búsqueda de consensos internos estructurado en una base de control social colectivista sustentado por consumo interno y tributos de exportadores” .

Hay tres formas de ver la política: el consultor la ve como un relato de fútbol, el militante es resultadista y el entusiasta de la teoría política levanta el dedo

Bueno, y por supuesto que había una cuarta visión sorpresa, la negación de las tres visiones que encara Cambiemos: “Pedrito no puede meter un gol porque la defensa es muy buena, entonces es mejor no jugar el partido y que Pedrito twitee fotos de su fin de semana así lo ven como alguien que siempre está contento, es activo y con cara de buen tipo. De esa forma el mundo, que hoy está muy agresivo, va a dejar de preocuparse por sus interminables batallas y correrá la mirada hacia Pedrito, que transmite mucha paz. El mundo, cuando vea que Pedrito es distinto al otro equipo, les va a decir a sus ciudadanos que vayan a invertir al país, que le lleven su dinero a Pedrito porque con esa plata y proyectos productivos van a hacer que en el país de Pedrito todos sean un poco más felices y esa felicidad, por una cuestión de transferencia del cosmos, va a llenar de alegría a sus respectivos países, aun cuando todo el dinero se vaya a la aspiradora de impuestos que puso Pedrito. Por eso no es importante para Pedrito preocuparse por el camino hacia donde va el mundo, porque el país de Pedrito no tiene nada que ver con el mundo, son distintos. Y si bien Pedrito mantiene el esquema de juego del otro equipo, el mundo entenderá que ahora hay mejor onda y gente más amable. Además, jugar al fútbol es muy violento y la salud es importante para conservar la alegría. Como siempre, Pedrito, que es rioplatense, está 10 escalones arriba del resto de la gilada mundial, por eso le sale todo tan bien”.     

En definitiva, Argentina esta en manos de una dirigencia (oficial y opositora) que cree que está por sobre todo el resto del mundo, y por eso no lo copia. Es como cuando uno acaba de sacar el registro del auto y a los primeros 100 metros en la Panamericana sin chocar cree que es muy fácil y empieza a zigzaguear creyéndose Fangio. Lo más probable es que a la altura de Olivos se la pegue de atrás a un Scania.