Durante varios años, los que formamos parte de esa aldea demencial llamada Twitter Argentina vivimos una realidad prácticamente binaria respecto de la discusión política en la red. El triunfo de Cambiemos a fines de 2015 comenzó a delinear un nuevo escenario bastante más complejo y diverso. Antes eran los K vs. los no K. Las terceras posiciones eran marginales, vinculadas más que nada a los troskos, cuya felicidad es imposible de alcanzar en cualquier esquema o a los fanáticos de la ancha avenida del medio.

Analicemos entonces un poco este contexto que se termina de consolidar a algo más de dos años de la llegada de Cambiemos al poder. No olvidemos de todos modos que esto es válido para Twitter Argentina que es el microclima del microclima y cuya influencia es sumamente relativa respecto de las decisiones importantes que se toman en el país. Aunque sepamos bien que algunos seres de luz creen que sus tuits impactan fuertemente en las políticas públicas nacionales y locales.

Para este análisis, obviamente despojado de todo rigor científico, dividiré el escenario en algunas categorías. Sepan ustedes que varios de los que hablamos de política en Twitter podemos caer en varias de las categorías mencionadas, no son necesariamente puras. Por supuesto que las mismas son las que yo veo y no necesariamente las que ve el resto de la gente. Así que si no coinciden con sus interpretaciones no se muere nadie. Por lo tanto, no sobreactúe estimado lector.

Aquí están, éstas son:

1.  El brote verde profundo

Para estos muchachos, Cambiemos llegó para dar vuelta argentina como una media. Hablan desde una visión absolutamente épica de lo que está sucediendo con el país y ven a Mauricio, Marquitos y el resto del “equipo” como los salvadores de la patria.

Se enojan cuando criticás alguna medida. “Hay que bancar” es una de sus frases de cabecera y olvidan indignarse cuando el gobierno tiene actitudes frente a las que se volvían locos si eran perpetradas por el kirchnerismo. Su doble vara es notable.

No encasillo en esta categoría a todos los que usan el conocido brote verde; sólo a los más fundamentalistas. Esos que no tienen capacidad siquiera de reírse un poco de sí mismos. No son tantos, pero hay más de los que me esperaba, muchos de los que criticaban a las focas aplaudidoras de Cristina Elisabet, lo hacen ahora con Mauricio como monos drogados y justifican casi cualquier medida.

2. El liberal endemoniado

En épocas de kirchnerismo duro, el liberal ortodoxo militaba Twitter Argentina espalda con espalda con el que hoy es brote verde profundo, pero aquí también llegó la grieta.

Enemigo acérrimo del gradualismo, palabra que le produce malestares estomacales intensos, el llamado “liberalote” está esencialmente indignado porque cree que Cambiemos se queda a mitad de camino en la mayoría de sus medidas.

El despilfarro de los dineros públicos le molesta especialmente, cosa comprensible, pero no termina nunca de explicar cómo haría para tomar las medidas de shock que requiere sin que el país se prenda fuego a los 15 minutos de hacerlo. Está casi siempre convencido de ser moralmente superior al resto.

3. El oficialista crítico

Vivió con horror el kirchnerismo, pero no se siente cómodo con muchas de las políticas y actitudes de Cambiemos. Si la alternativa es que vuelvan los anteriores podría tatuarse a Mauricio en el pecho, pero le gustaría más coherencia en el oficialismo con sus propuestas originales o una alternativa que lo contenga que aparentemente no existe, al menos por el momento.

Es, en general, despreciado por el brote verde profundo que lo visualiza como a un traidor o un tibio que no tiene lo que hay que tener para evitar el regreso K.

4.  “Kuka kaca no volvés más”

Súbitamente preocupado por la calidad institucional y los valores republicanos, el Kirchnerismo duro ha perdido terreno en Twitter Argentina.

Siguen micromilitando su causa en cada oportunidad que se les presenta, aunque años de silencio respecto de las cosas que hoy los indignan, los convierten en unos hipócritas importantes. Suelen ser irónicos y hablan en muchos casos de la señora de Kirchner como “la chica que nos gusta”, cosa que me deja al borde del llanto cada vez que la leo.

Son peronistas, pero hasta ahí. Te cantan más fuerte la parte moderna de la marchita que dice “resistimo’ en los 90, volvimo’ en el 2003, junto a Néstor y Cristina la gloriosa JP”

No importa qué medida positiva pueda uno defender del gobierno, para ellos va a estar prácticamente siempre mal.

5. Peronista de Perón

Así como la categoría anterior va rumbo a la extinción, ésta sigue viva. El peronista es esencialmente del que tiene la chequera para repartir cargos, poder, dinero. Hoy eso está faltando y por eso no abundan los liderazgos.

Fueron kirchneristas ortodoxos durante años, pero salvo algún esporádico 17 de octubre, la lealtad no es necesariamente lo de ellos. Mi sensación es que, en algún momento, volverán a gobernar el país y por supuesto nos explicarán que el que está llegando es el verdadero peronismo, no como el de los Menem o los Kirchner.

Se está rearmando de a poco pero hoy no tiene referencias claras. La mayoría del massismo terminará acá, también los gobernadores y cuando se termine de reorganizar, será la verdadera competencia de Cambiemos.

6. Corea del Centro

La primera vez que escuché esta categoría me pareció brillante. Entiendo que fue un invento de @dieguez.

A los coreacentristas les sale con mucha más naturalidad la crítica a Cambiemos que la crítica al gobierno anterior. Sueñan con una reencarnación de Néstor al que, en general, reivindican, aunque en algunos casos, con algo de vergüenza.

7. Trosko tirapiedras

Asombrosamente cercano hoy al Kirchnerismo más duro en sus actitudes, al trosko argentino le faltó afecto de pequeño o se golpeó la cabeza en sus primeros años de vida. Está en contra de todo, nada lo hace feliz.

Sus referentes más importantes, lejos de parecerse a algunos intelectuales de izquierda que pueden ser interesantes, parecen en muchos casos tener el primario incompleto por lo limitado de sus análisis.

Creen que la revolución está a la vuelta de la esquina y obviamente la utilización de la violencia para manifestarse la parece absolutamente normal. Que en muchos casos lo hagan cometiendo delitos le resulta secundario. En general autoritario y poco afecto a las actitudes democráticas no se pierde un corte de calle o una marcha ni con orden judicial.

Es a veces reivindicado e incluso votado por gente a la que aprecio y respeto lo cual me desconcierta bastante.

8. Progre sin patria

Fan hace unos años de Margarita (qué te pasó Margarita) hoy prácticamente no encuentra referentes que lo convoquen. Desprecia a Cambiemos y también al kirchnerismo. Hoy pareciera estar casi completamente fuera del mapa electoral al igual que de la discusión en las redes.

Es primo hermano de Corea del Centro, pero la gran diferencia es que no lo extraña tanto a Néstor. Solo un poco.

9. Periodista militante

Aunque no es una categoría política en sí misma decidí mencionar especialmente al periodista militante como un espacio a resaltar de la vida política de Twitter.

El periodista militante siempre existió, aunque tomó una nueva y nefasta dimensión durante la “década ganada”.

Hoy el periodista alcahuete, cuyo fanatismo es muchas veces acompañado por un contrato o pauta, se dedica con absoluto descaro a militar su causa sin importar cuanta verdad o manipulación haya detrás de sus opiniones o comentarios.

Los hay de todas las vertientes políticas, aunque el periodista militante oficialista es el que siempre está más dulce.

10. El todoeslomismista

También es pariente cercano de Corea del Centro y del progre sin patria y muchas veces del liberal empedernido. Pero en este caso puede ser tanto de derecha como de izquierda, si me permiten que haga tan básica división en un escenario tan complejo.

Suelen hablar de kirchnerismo con buenos modales para referirse a Cambiemos. Casi todo le parece mal. He estado parado en esta posición escéptica algunas veces hasta que recuerdo el horror de los K.

Hasta aquí llegamos. ¿Se siente usted identificada o identificado con alguna o varias de las categorías? En mi caso debo reconocer que, según la medida gubernamental del momento, mi humor del día o los distintos niveles de intensidad por los que va pasando cada grupo me he ubicado en, al menos, seis de las mencionadas categorías, aunque paso más tiempo que en el resto siendo oficialista crítico. Pero reconozco que soy un bicho medio raro que en general está en franca minoría.

Seguro me faltaron varias o tal vez sobraron algunas, pero por ahora ésta es mi columna. Si no les gusta armen un medio y escriban sus propias columnas.