En 2015, ocho días antes de asumir, Mauricio Macri hizo la presentación de todo su gabinete en el Jardín Botánico. "Es el mejor equipo en 50 años", había afirmado. Dos años y medio después pocas figuras quedan de aquel plantel titular y el equipo depende cada vez más de las individualidades.

Es sabido que Macri siempre es destacado por ser un formador de equipos. No le gustan los cambios. Sin embargo, manejar la Ciudad de Buenos Aires no es lo mismo que el país. El desgaste de la gestión, las desinteligencias entre algunas figuras y los flojos rendimientos lo obligaron a cambiar.

Un desgastado Aranguren fue desplazado de su puesto. Los incesantes tarifazos no solo trajeron malestar en la sociedad, sino también dentro de la propia coalición de gobierno. Los radicales y Lilita Carrió en varias ocasiones cuestionaron la suba de tarifas, pero Macri permaneció estoico defendiendo a su ministro. Es por ello que llama la atención que el Presidente haya decidido darle salida por la puerta chica con un escueto comunicado un sábado por la noche.

El caso de Pancho Cabrera era previsible. El ministro del que nada se esperaba y nada hizo fue desplazado de su cartera

El caso de Pancho Cabrera era previsible. El ministro del que nada se esperaba y nada hizo fue desplazado de su cartera para pasar al equipo de asesores en Casa Rosada. En su lugar fue nombrado Dante Sica, quien fuera secretario de Industria, Comercio y Minería durante la Presidencia de Eduardo Duhalde. Con esta movida Macri busca darle un mensaje al peronismo para la nueva etapa que se viene en el país tras el acuerdo con el FMI.

Trabajar en equipo es uno de los lemas del PRO. No obstante, la corrida cambiaria evidenció las desinteligencias entre los miembros del gabinete. Tanto Federico Sturzenegger como el ala de Marcos Peña y sus laderos Quintana-Lopetegui salieron debilitados de la crisis. En ese lugar emergieron Toto Caputo y Nicolás Dujovne como los hombres fuertes del gobierno.

En consecuencia, el discípulo de Cavallo fue eyectado del Banco Central, Quintana y Lopetegui cedieron terreno en la esfera de influencia del oficialismo, mientras que Marcos Peña perdió relevancia y, por momentos, oficia de canciller ad hoc.

De lo que fue el mejor equipo de los últimos 50 años ya queda poco y ahora solo depende de las individualidades.

En este contexto, Caputo desde el Banco Central y Dujovne desde su lugar de superministro, quedan como las figuras más importantes del oficialismo. De esta forma, de lo que fue el mejor equipo de los últimos 50 años ya queda poco y ahora solo depende de las individualidades y el desempeño de solo dos de sus hombres.

La llegada del préstamo del FMI y el reciente ascenso a mercado emergente le dan un poco de aire al gobierno, pero como Sampaoli en su peor momento quien le prende una vela a Messi para que lo salve, lo propio hace Macri con Caputo y Dujovne.