Tres años pasaron ya de la última victoria de Boca Juniors en el estadio Diego Armando Maradona, hogar de Argentinos Juniors, al que volverá mañana para disputar la quinta fecha de la Superliga. Aquella tarde, Carlos Tévez anotó dos goles y consolidó al Xeneize en la cima de ese torneo.

Sin embargo, su recuerdo quedó grabado a fuego en la hinchada local por otra circunstancia: un planchazo que le propinó a Ezequiel Ham, volante del Bicho, le produjo a éste una fractura de tibia, peroné y tobillo.

El Turquito, patrimonio de las gloriosas inferiores del club de La Paternal, también había convertido un gol en ese encuentro -Boca se lo llevó por 3-1- y, por ese entonces, se mencionaba su nombre como una incipiente promesa de la institución. Sin embargo, desde la imprudente entrada del Apache, su carrera cambió para siempre

Tras las operaciones y el extenso proceso de rehabilitación, Ham retornó a las canchas, un año después, jugando para la reserva. 610 días pasaron para que volviera a disputar un partido oficial, el 22 de mayo de 2017, cuando Argentinos se midió ante Almagro, en la Primera B Nacional. 

Sin embargo, al no ser tenido en cuenta por los entrenadores -no volvió a ser titular-, en enero de este año emigró al Gifu, un equipo de la segunda división de la liga japonesa. El nuevo desafío no le arrojó los resultados esperados al mediocampista, que hoy tiene 24 años; de los 32 compromisos que afrontó el club desde su llegada, no jugó un minuto, y una sola vez integró el banco de suplentes.

En la institución que lo vio nacer no olvidan lo ocurrido, y en marzo de este año, luego de que Tévez consensuara con Guillermo Barros Schelotto no formar parte de la delegación que visitó La Paternal, los cánticos en su contra resonaron durante el triunfo por 2-0 del Bicho.

Según indicaron los entrenamientos de la semana, el ídolo boquense estará desde el arranque y en su cabeza ya juega el escenario hostil al que estará sometido.