Los cinco dilemas que enfrenta Messi en el nuevo Barcelona: una historia digna de Netflix
El futuro futbolístico del equipo, la continuidad de Suárez, una relación sin retorno con Bartomeu y las elecciones presidenciales configuran un cóctel atrapante.
En los albores de la cuarentena rígida que impuso el Gobierno nacional para mitigar la propagación del nuevo coronavirus, Netflix le permitió a los argentinos acercarse a la intimidad del vestuario de Barcelona. Matchday, la megaproducción que coordinó el periodista Jordi Évole, retrató con finura el paso a paso del curso 2018/2019 para el equipo catalán. Con el aval de los futbolistas, el director escenificó la desazón interna del plantel tras la catástrofe en Liverpool y hasta tuvo acceso a la casa de Lionel Messi para reproducir un asado del 10 junto a Luis Suárez y Jordi Alba.
¿Cuánto dinero estarían dispuestos a juntar los aficionados de la pelota en todo el planeta por la creación de una miniserie pormenorizada sobre la incipiente temporada que deberá afrontar el Barça? De seguro, sobrarían los millones. Este viernes, el astro argentino contó, en una entrevista con el sitio Goal, que lo obligaron a quedarse en el club contra su voluntad. A lo largo de los 18 minutos de reportaje, reiteró seis veces, con distintas acepciones, su deseo de marcharse.
Luego de 10 días de incertidumbre mundial por el destino del mejor jugador de la historia culé, el desenlace del conflicto ofrece dos conclusiones rápidas. La primera es que el presidente Josep María Bartomeu ganó el juego de poder que libró con la familia Messi. Contra viento y marea, logró retener al crack por un año más. La otra, más inquietante para la familia azulgrana, es que tendrán por delante la temporada más convulsionada del Siglo XXI. Desde hoy hasta junio del 2021, cinco frentes aparecen en el horizonte, en una historia de la que apenas se escribió su prólogo.
El futuro futbolístico del equipo
Messi dejó en claro que la mayor ambición, en sus últimos años de carrera, se llama Champions League. La Copa de Europa lo desvela, es el afán que lo mueve a seguir compitiendo en el máximo nivel. Necesita volver a sentir la gloria que experimentó en 2006, 2009, 2011 y 2015, más después de los tres cachetazos consecutivos con Roma, Liverpool y Bayern.
En diálogo con Goal, explicó que la única exigencia impuesta en estos años para permanecer en Barcelona fue que existiera un proyecto en virtud de luchar por el certamen continental. Según Leo, hace tiempo que los dirigentes "van haciendo malabares" y "tapando agujeros".
La llegada del entrenador neerlandés Ronald Koeman en reemplazo de Enrique Setién fue un primer paso para intentar dejar atrás la masacre de Lisboa. Si bien hoy el Barça parece estar a años luz del reciente campeón alemán o de Liverpool, Manchester City, París Saint-Germain y Real Madrid, posee jugadores de primer nivel para pelear por la Orejona. Antoine Griezmann, Philippe Coutinho, Frenkie De Jong, Miralem Pjanic, Marc André Ter-Stegen y Jordi Alba son algunos ejemplos.
El director técnico asume el cargo con aplomo por su pasado como jugador: fue una pieza esencial de aquel elenco de Johan Cruyff que le imprimió identidad al club y convirtió el gol que consagró al Barcelona por primera vez en la Champions (1992, frente a Sampdoria, de tiro libre).
"Ahora no sé qué va a pasar. Hay un entrenador, una idea nueva, pero hay que ver cómo responde el equipo y si nos va a dar para luchar", analizó la Pulga. El flamante conductor tiene a su favor, además, la mala performance de su antecesor. Difícil que el equipo juegue peor que en los seis meses de Setién, cuando extravió todo tipo de idea.
Qué pasará con Luis Suárez
El futuro del tercer máximo goleador histórico de la institución cobra una trascendencia sustancial por estas horas. Más allá de hacer público su enojo por la situación que le toca atravesar, Messi aseguró que dará lo mejor de sí para que el equipo pueda ganar todas las competencias. No obstante, en este contexto de incertidumbre la continuidad de su mayor compinche representaría un oasis en el desierto.
En su presentación como DT de Barcelona, Koeman informó que el rosarino era la cabeza de su proyecto pero insinuó que habría cambios radicales en el plantel. Días después, le comunicó por teléfono a Suárez que no iba a ser tenido en cuenta. Misma suerte corrieron Arturo Vidal, Iván Rakitic y Samuel Umtiti.
El artillero uruguayo comenzó a coquetear con distintos clubes para continuar su prodigiosa carrera, pero según consignaron este viernes los medios italianos Gazzetta Dello Sport e Il Corriere Della Sera, la decisión final del astro argentino podría modificar su destino.
En caso de que permanezca en Cataluña, ¿cómo edificará una relación con el entrenador que lo despreció? ¿Y si finalmente dice adiós, el 9 del equipo será el discretísimo danés Martin Braithwaite o le darán la chance a Griezmann de jugar como ariete tal como lo hacía en Atlético Madrid? Se apilan incógnitas.
El vínculo Messi-Bartomeu, sin retorno
El fastidio del crack con el jefe administrativo del Barça se hizo palpable en la entrevista que le concedió a Goal. Y en varios pasajes. "Siempre dijo que yo al final de la temporada podía decidir si me quería ir o si me quería quedar y al final no terminó cumpliendo su palabra", sostuvo, en una síntesis de su malestar. Leo enfatizó que el único motivo por el que seguirá jugando en el club es la "prisión preventiva" que le impuso el Presidente.
La comunicación entre ellos estaba rota hace varios meses, pero la disputa terminó por alcanzar ribetes impensados. Con tal de no resignar más capital político, Bartomeu le dejó en claro a Jorge Messi que no le temblaría el pulso para llevar a su hijo a la Justicia. Inverosímil para cualquiera, menos para el titular de la entidad.
Pese a que varias voces disidentes de la institución le piden la renuncia desde el 2-8 en Lisboa, el mandatario azulgrana convocó a elecciones anticipadas recién para marzo de 2021. Es decir, el 10 y su enemigo deberán convivir juntos, como mínimo, seis meses más en estas condiciones.
Bartomeu, acechado por corrupción
Por otro lado, mientras negociaba con la familia Messi, el presidente fue notificado de una acusación por enriquecimiento ilícito que presentaron los Mossos d'Esquadra, la policía catalana. La denuncia es un apéndice del escándalo denominado Barçagate y se radicó ante el juez que lleva adelante la causa madre.
La Justicia investiga a la dirigencia azulgrana por contratar a una empresa -I3 Ventures- que gestionaba cuentas en redes sociales para dañar la imagen de Messi, Gerard Piqué, Carles Puyol y otros ídolos del club. También apuntaban contra Antonela Rocuzzo y opositores al presidente. En cambio, los bots celebraban a los miembros de la CD de Bartomeu, que no desmintieron el acuerdo con la compañía pero desconocieron los agravios a jugadores.
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Las suspicacias fueron en aumento cuando el ex vicepresidente Emili Rousaud denunció que "alguien metió mano en la caja", en referencia al pago de un millón de euros realizado a la empresa mencionada. Según el diario El Mundo, la policía de la Generalitat encontró en las oficinas del Camp Nou documentos que daban cuenta de sobreprecios de 600% en la operación, burlas al organismo de control y hasta despidos ficticios para gambetear la carga de las indemnizaciones.
Messi será jugador libre en 2021: ¿un nuevo proyecto lo hará cambiar de opinión?
El 10 aseguró que tuvo la oportunidad de irse del club "todos los años, por mucho más dinero, muchísimo tiempo antes". Y recordó, ante las cámaras, que el contrato suscripto hasta junio del 2021 indica que el último año era "opcional", por lo que estaba facultado para irse libre si lo informaba al final de la temporada. Esa cláusula de rescisión unilateral desató la polémica, burofax mediante. Pero, al final de cuentas, Messi se irá con el pase en su poder en nueve meses y ningún club deberá pactar un euro con Barça.
Claro que hasta esta temporada, esa posibilidad jamás se le había cruzado por la cabeza. Por la coyuntura actual, tuvo que salir a aclarar lo innecesario: Barcelona es su casa, y en ninguna parte del mundo estará más a gusto ni él ni su familia. Si está deseoso de "nuevos objetivos" y quiere "vivir los últimos años de fútbol feliz", es simplemente por la deficitaria gestión presidencial. Remarcó que su decisión "estaba tomada", porque sufrió "mucho" en el último año dentro del club.
Lo que suceda de aquí en más, sin embargo, podría torcer la balanza. Tanto dentro como fuera del campo. Hoy, en estas condiciones, parece inimaginable verlo levantando la Copa de Europa. Pero ¿qué pasaría si en unos meses el equipo lidera La Liga y avanza firme en la Champions? ¿Y si el principal candidato para reemplazar a Bartomeu traza un proyecto deportivo a su altura, con Xavi de retorno como entrenador?
Recién se rodó el primer capítulo, pero la serie Barcelona 2020-2021 posee todos los atributos para ser la más pochoclera del año. Para lamento de todos los fans, esta vez no tendrá pantalla en Netflix.