Antonio Turco Mohamed regresó a Huracán, el club de sus amores, en el que tendrá su cuarta etapa como director técnico. Quizás, como nunca antes en el Globo, gozará de un presente auspicioso y un objetivo por demás ambicioso: el equipo se mantiene en la pelea por la Superliga -cuarto, con un partido menos que el líder Racing- y disputará la Copa Libertadores de América. En este sentido, no es el único ídolo que ha retornado a un lugar de confort impulsado por el afecto

Marcelo Gallardo fue uno de los tantos productos prodigiosos de las inferiores de River Plate y con su exquisita pegada se metió rápido en el corazón de los hinchas. Sin embargo, sus ocho títulos como futbolista no le bastaron para constituirse como emblema riverplatense, hasta que llegó el llamado de Rodolfo D'Onofrio que cambió para siempre el legado deportivo del Millonario: en 2014, el Muñeco tomó las riendas del plantel en reemplazo de Ramón Díaz y llevó al club a la etapa más memorable de su rica historia internacional, al conquistar dos Copas Libertadores y dos Recopas Sudamericanas.

Edgardo Bauza es palabra mayor en Rosario Central. Como jugador, se consagró en dos oportunidades a nivel local -1980 y 1988-, siempre dirigido por el memorable Ángel Tulio Zof. En tanto, cuando se puso el traje de entrenador alcanzó las semifinales de la Copa Libertadores 2001 -récord histórico para el club en la competencia- y la final de la Copa Conmebol 1998. Luego de un magro pasar por dos selecciones árabes previo al Mundial de Rusia, el Patón desechó ofertas del exterior para volver a su amada institución, y vaya si lo hizo en grande: el conjunto rosarino salió campeón de la Copa Argentina tras perder tres finales consecutivas y jugará la próxima Copa Libertadores. 

Si bien luego de su extenso ciclo no será recordado como un técnico ganador, Guillermo Barros Schelotto cumplió su sueño de dirigir a Boca Juniors, con el cual alcanzó la gloria eterna dentro del campo de juego: dos Copas Intercontinentales, cuatro Copas Libertadores, dos Copas Sudamericanas, dos Recopas Sudamericanas y seis títulos de Primera División lo erigieron como el segundo jugador con más trofeos en la historia Xeneize. Pese a los dos campeonatos de Primera División en 2016 y 2017, las derrotas en las finales de la Copa Libertadores y la Supercopa Argentina ante River empañaron su inmensa trayectoria en el club de la Ribera y derivaron en su reciente desvinculación.

Pedro Troglio es una eminencia para Gimnasia y Esgrima de La Plata. En su paso como futbolista, entre 1997 y 2002, no dejó la huella indeleble que patentó cuando tomó el cargo de entrenador. En marzo de 2005 se puso al frente del equipo platense, la temporada siguiente finalizó como Subcampeón anual y quedó tan sólo un punto por debajo de la mejor campaña histórica del club, hito por el que la institución, a modo de homenaje, retiró la camiseta número 21, la cual utilizó en su etapa profesional. En su segunda etapa, entre 2011 y 2016, logró ascender a Gimnasia a Primera División -en 2013- y al año siguiente peleó el campeonato con el River de Ramón Díaz. Su flamante tercer ciclo no pudo coronarlo con el trofeo de la Copa Argentina, pero el prestigio que consiguió será imborrable. 

A su medida, Leandro Benítez se consolidó como un hombre importante en la historia de Estudiantes de La Plata. Surgido de la cantera pincharrata, tuvo tres ciclos como futbolista en el club y fue parte del último período ilustre. Campeón de los torneos Apertura 2006 y 2010, alcanzó la cúspide en el 2009, al integrar el equipo de Alejandro Sabella que obtuvo la Copa Libertadores y estuvo a minutos de vencer al mítico Barcelona de Guardiola en el Mundial de Clubes de aquel año. Asumió como director técnico seis meses atrás y, aunque el club se encuentra en un proceso de reestructuración, apunta a dejar su legado.