La causa de los cuadernos de las coimas golpeó de lleno al mundo empresarial, eterno evasor de la justicia en las causas de corrupción, y produjo un desfile de CEOs en Comodoro Py. La presentación espontánea del lunes del primo del presidente Mauricio Macri, Ángelo Calcaterra, quien hasta entonces no figuraba en la causa, afectó al entorno del primer mandatario, que expresó que a pesar del afecto que siente por su familia, "esto es el cambio” y no habría impunidad para nadie.

Este miércoles, en una entrevista al diario La Nación, Calcaterra dio precisiones del fin de semana en el que decidió presentarse ante el juez Claudio Bonadio y, al igual que el resto del empresariado, manifestó que aportó a las campañas del gobierno anterior porque estaba siendo presionado por el kirchnerismo, que amenazaban con no dejar que sus empresas trabajen.

"Javier (Sánchez Caballero, el genente de IECSA que estuvo entre los primeros detenidos) no salía y yo dije: ‘No, muchachos, yo soy responsable de esto, me quiero presentar, hacerme cargo de la situación y que Javier salga de donde está’”, sostuvo Calcaterra. En tanto, explicó que pasó el fin de semana elaborando la estrategia con sus abogados y se despegó de los dichos de Jorge Rial, quien había dicho que Daniel Angelici "lo coacheó” antes de las declaraciones con Bonadio.

Sobre los pagos de aportes para la campaña que admitió ante el magistrado, Calcaterra explicó que los hizo porque la situación financiera de IECSA era muy mala y estaba siendo presionado por el kirchnerismo, aunque aclaró que su empresa no tenía vínculo fluido con el Gobierno porque estaba "en la otra vereda política”.

"Nosotros tuvimos dos períodos, 2013 y 2015, fueron dos campañas y no teníamos un vínculo fluido con el Gobierno porque evidentemente estábamos en la otra vereda política y no era fácil para nosotros trabajar”. explicó, y agregó: "En 2013, empezaron a pedirnos aportes para la campaña y ahí obviamente que la situación de la empresa no era fácil, estaba financieramente muy mal, estaba endeudado en $2000 millones, no aguantábamos más. Teníamos entre 3000 y 5000 personas trabajando y la verdad que es una presión muy grande”.

"Te tenían que aprobar una redeterminación si no construías en 2013 con precios de 2006. No te alcanzaba ni para pagar los sueldos. No era algo específico, era como que te ibas hundiendo y bueno, ahí decidimos equivocadamente hacer estos pagos”.