Shake-Shack es una de las tantas marcas extranjeras que esperamos con ansias. Con el macriísmo (como dice el querido Carlos Maslatón) habían prometido lluvia de inversiones y negocios como Forever XXI, The Cheesecake Factory, H&M y Apple Store y acá estamos, viendo como Dean & Dennys se alimenta y aprovecha de esos sueños de consumismo neoyorquino frustrado.

También están los que abrieron cuentas falsas en Instagram, que sigo sin entender cómo #LaGente comparte sus publicaciones pensando que va a ganarse ropa, comida o viajes al exterior (!).

Nuestro Shake-Shack llegó de la mano de Joaquín Rozas, más conocido como ''el ex novio de la nieta de Susana'', así que plata no falta. Tiene en su CV ser el dueño de Bartola, un bar palermitano. No voy a hablar de ese local porque la única Bartola que conozco es la banda que hace un cover de No me olvides de la san puta.

Dean & Dennys se alimenta y aprovecha de esos sueños de consumismo neoyorquino frustrado.

Al tener la deliciosa, la suculenta, la vivarola, la espinacota, la caprichosa, *inserte aquí su propio sinónimo sobre plata* todo es más fácil. Montar un emprendimiento gastronómico es muy caro. Montar un emprendimiento gastronómico en una esquina es aún más caro. Y si encima queda en una esquina con terraza... Lo imagino y se pone a llorar mi home banking.

Dean & Dennys fue uno de los pioneros en el rubro, hay que reconocerlo, pero se posicionó como eso: lo nuevo dentro de un mundo monopolizado por las cadenas estadounidenses más famosas. Intentó transmitir un mensaje de hamburguesería green, pero al final la sentencia la dicta la comida, y las papas McCain no transmiten eso.

El concepto de fast-good quedó en el plano comunicacional, no fue más allá como sí lo hizo CARNE, que tiene atrás un laburo con productores orgánicos y productos frescos. Dean & Dennys se posicionó como green simplemente por su estética y ambientación, se estancó en la superficialidad. Y la superficialidad vende, porque si fuera por calidad, no entiendo cómo siguen inaugurando locales.

Dean & Dennys se posicionó como green simplemente por su estética y ambientación, se estancó en la superficialidad. Y la superficialidad vende.

En una entrevista para La Nación, Joaquín Rozas dijo que buscan abrir en lugares con "mucho tránsito", le faltó agregar "tránsito de chetos" porque todas quedan en zonas pudientes de la Ciudad y alrededores. Difícilmente pueda sobrevivir en otros puntos.

Sin clientes no hay Dean & Dennys, pero lamentablemente ya se instaló como el fast-food cool para los teenagers. Igualmente hay que estar atentos, porque Fridays supo estar en ese lugar y no para de cerrar locales.

Para cerrar, les dejamos el prehistórico juego de las diferencias entre Shake-Shack y D&D. ¡A jugar con Barril!

¡Bienvenido Shake-Shack a la Argentina!
¡Bienvenido Shake-Shack a la Argentina!
¡Bienvenido Shake-Shack a la Argentina!
¡Bienvenido Shake-Shack a la Argentina!