En el marco de una recesión económica sin fecha de vencimiento, que lastima a los sectores con menor poder adquisitivo, la secretaría de Energía que comanda Javier Iguacel analiza implementar una tarifa de gas plana en 2019 con el objetivo de atenuar el impacto de una nueva devaluación en el bolsillo de los trabajadores.

Con el aval esencial de las empresas distribuidoras, el Ejecutivo pondría en marcha este nuevo esquema de precios con el que pretende moderar el golpe que implican las boletas en pleno invierno. La iniciativa, que está siendo evaluada, responde a una sugerencia de la industria y se pergeña con tinte electoral, a sabiendas de la preocupación social por los incrementos de tarifas.

El plan de "factura previsible" emerge en medio de las audiencias públicas en las que se discuten los próximos aumentos del sector. En ellas, las compañías distribuidoras solicitaron una suba cercana al 30%, contemplando los costos de distribución y la depreciación de la moneda nacional en lo que va del año. 

En la Casa Rosada son conscientes de que la inflación triplicaría a la inicialmente estipulada y el proyecto encabezado por Energía se sumaría a la batería de medidas contenedoras, que ya cuenta con el relanzamiento del programa Precios Cuidados, los bonos adicionales en la Asignación Universal por Hijo y el refuerzo en los programas alimentarios, destinados a miles de comedores, parroquias y merenderos.

Avanza el Gobierno en una tarifa plana de gas para proteger el poder adquisitivo en el 2019