En Dubai, parte de los Emiratos Árabes Unidos, los fuegos artificiales iluminaron la torre más alta del mundo, el Burj Khalifa, en un majestuoso show para despedir el 2018 y recibir al año entrante.

Ante los ojos de miles de turistas, jeques multimillonarios y corresponsales periodísticos, la ciudad de los petrodólares ofreció un espectáculo descomunal en el que hubo un show de luces y una cuentra regresiva proyectada en los vidrios del rascacielos, que sirvieron de pantalla.

Mientras que en otro emirato del Golfo, Ras al Jaimah, se propusieron competirles e intentaron alcanzar el récord del "espectáculo pirotécnico más largo del mundo", en Dubai invirtieron millones de dólares para ostentar el lujo que los caracteriza. Y lo lograron.

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