Indignación causó la pena que impartieron los jueces santiagueños al "monstruo de Conchayoj". Condenado a 13 años de prisión, Héctor Virgilio Villalba, el hombre de 59 años, fue apodado así tras violar durante dos décadas a su hijastra y tuvo 10 hijos frutos de los abusos.

Villalba fue hallado culpable de los delitos "abuso sexual con acceso carnal reiterado, agravado por la condición de guardador". La historia comenzó cuando la víctima tenía 11 años y quedó al cuidado de su padrastro, tras el abandono de su madre en la casa en la que vivían en el paraje Conchayoj, un pueblo 120 kilómetros al sur de la capital santiagueña.

Durante el juicio, el abusador escuchó los argumentos sin mostrar arrepentimiento, ni siquiera durante la sentencia dictada. 

A pesar de que la fiscal y los abogados querellantes habían pedido 16 años de cárcel, la Justicia decidió dictaminar que debía servir 13. La pena máxima en casos de abuso sexual suele ser de 20 años