Sin tiempo para la "rosca", fracasa Cambiemos para conseguir el dictamen de la Ley "anti barras"
Sin tiempo para la rosca que reivindicó Emilio Monzó, el oficialismo fracasó en las negociaciones para para aprobar la ley anti barras que busca combatir la violencia en el fútbol. Sin embargo, consensuó con la oposición tratarla el 18 de diciembre.
Fueron las objeciones del PJ y el kirchnerismo las que trabaron el dictamen en las comisiones de asuntos penales y deportes. "No tiene sentido tratarlo a las apuradas", aceptó la diputada de la UCR Gabriela Burgos, que pasó la madrugada reescribiendo borradores junto a las massistas Carla Pitiot y Vanesa Massetani.
Las diferencias
Uno de los principales cambios será en la proporcionalidad de las penas de muchos delitos como el de armas, que no superarán los seis años cuando el proyecto original la llevaba a diez, por encima de un homicidio simple.
El PJ no quiere tipificar a los trapitos porque los considera una contravención. Reducen las penas por tenencia de armas.
En la reunión de comisión quedaron expuestas demasiadas diferencias sobre el texto que ofreció Burgos. A su vez, Facundo Moyano quiere eliminar el artículo 14 que sancionaba con hasta tres años de prisión al que "provocare" una avalancha.
Pitiot expresó y advirtió que no será fácil de comprobar. Y propuso además excluir sanciones que ya están contempladas en otras leyes como la venta de entradas falsas, que encuadra en estafas; o la modalidad especial de juicio abreviado.
"Lo que no cambiemos acá lo va a cambiar el Senado y vamos a terminar igual", intentó negociar Daniel Scioli en Comisión y los jefes de Cambiemos no lo entendieron así.
También, Juan Brügge, de la democracia cristiana, propuso sanciones a clubes e instituciones que organicen los partidos de fútbol. Y Fernando Iglesias, del PRO, propuso ampliar las penas a otros eventos deportivos.
El proyecto es de iniciativa del gobierno y retomó fuerza tras los incidentes del 24 de noviembre pasado en las cercanías del estadio Monumental, donde barrabravas atacaron el micro que trasladaba al equipo y cuerpo técnico de Boca para jugar contra River la final de la Copa Libertadores.
Los incidentes terminaron con la suspensión del partido, que se jugará el domingo 9 de diciembre próximo en el estadio del Real Madrid.