Según un vocero de la CGT, el Papa descartó visitar Argentina este año: cuándo podría venir
Pese a que el jefe de la Iglesia católica desistió de viajar al país en lo que resta de 2024 debido a "una agenda complicada", el secretario de prensa de la central obrera aseguró que tiene el "deseo" de hacerlo.
La visita del papa Francisco a la Argentina sigue haciéndose esperar, ya que el Sumo Pontífice descartó viajar este año, según reveló un vocero de la Confederación General del Trabajo (CGT), luego de que dos de sus triunviros fueran recibidos en el Vaticano.
El secretario de prensa de la central obrera, Jorge Sola, sostuvo que el motivo que el jefe de la Iglesia católica brindó durante el encuentro fue que tiene "una agenda complicada" con varios compromisos por atender, aunque "su deseo es venir" a su país de origen.
En este marco, adelantó que "el año que viene podría ser una posibilidad" para que Francisco pise tierra argentina y detalló: "Inclusive, citó la idea de estar en Santiago del Estero, Córdoba y la Patagonia".
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En cuanto a la reunión que el Papa mantuvo el lunes con Héctor Daer y Pablo Moyano, Sola señaló que el Sumo Pontífice "inició la conversación y dio su felicitación por el concepto de unidad". Según el vocero, sus palabras fueron: "Acá están los 'gordos', 'los flacos' y los 'masomenos'".
Asimismo, puntualizó que durante el encuentro, que tuvo como eje la situación política, social y economía del país, "habló de su preocupación sobre la pobreza y las desigualdades". En este sentido, destacó que se refirió a "la importancia que tiene la dignificación en el trabajo" como un valor "trascendental y un ordenador social alineado con los principios de la doctrina social de la Iglesia".
"Fue muy emocionante. Lo vimos muy entero y con mucho humor, sobre algunas intervenciones que hizo. Con mucha profundidad de pensamiento y lúcido. Por supuesto, estaba preocupado por los mismos problemas que nos preocupan a nosotros", aseguró.
Respecto a los intereses de la CGT, señaló que la reunión fue "una oportunidad" para entregarle al jefe de la Iglesia Católica la "agenda de un nuevo contrato social de producción, desarrollo y trabajo". Sobre este último punto, remarcó que la informalidad de los empleos es un "desafío" para obtener los derechos "en un mundo en el que el capitalismo adquiere otras características".