Roberto García Moritán: "Creí que López Murphy era otro tipo de líder"
El legislador porteño apuntó contra la forma de conducir del exministro de Economía, quien se bajó de la interna de Republicanos Unidos. "El partido no es de una persona, es de los afiliados", afirmó
Las aguas están movidas en Republicanos Unidos. Las diferencias entre Roberto García Moritán y Ricardo López Murphy derivaron en dos posturas bien marcadas: el legislador porteño reconfirmó su precandidatura a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, mientras que el exministro de Economía decidió bajarse de la interna, que estaba prevista para el 4 de junio, y se estima que jugará por afuera del partido.
En esta entrevista exclusiva con El Canciller, el porqué de García Moritán para meterse en política, qué lo decepcionó de López Murphy y con qué personaje del mundo del fútbol se compara.
¿A qué edad te planteaste incursionar en la política?
A los 45 o 46 años. Nunca me había imaginado metido tan de lleno. Siempre tuve mucho interés en la política, pero como un ciudadano comprometido. Por sobre todo, cuando me piden que me presente, yo soy padre, soy pyme, soy fundador de una ONG y ahora, circunstancialmente, soy legislador porteño. Me cuesta autoreferenciarme como un actor activo de la política.
¿Fue por una cuestión de hartazgo, de decir “yo esto no lo aguanto más, quiero cambiar las cosas”?
Sí, en algún punto sí. Yo soy pyme y venía sufriendo. El empresario, el emprendedor, en términos generales, es un tipo muy optimista. Cree tanto en su potencial y en su vocación que invierte sus ahorros, es un tipo que invierte en sí mismo. Los emprendedores somos gente que mira siempre para adelante. Cuando a tipos optimistas, que generan valor, que generan riqueza y dan trabajo se los trata tan mal, empezás a entender por qué pasan muchas cosas de las que pasan en Argentina.
Me metí en la política porque estaba harto. Arranco a manifestar mi hartazgo fundando una ONG, que se llama ASOCIAR. Como rebelión al sistema, empecé a recorrer los barrios más pobres de la provincia y de la Ciudad de Buenos Aires con la lógica totalmente inversa a la que vienen promoviendo los distintos gobiernos, que es el asistencialismo. Yo iba a los barrios y les decía: “Muchachos, no dependen de nadie para resolver sus propios problemas. Créenlo ustedes mismos”. A partir de las especialidades de cada uno, les dimos herramientas para que se pusieran de pie.
¿Te afecta ver esa realidad que mucha gente no ve?
Sí, por supuesto que me afecta. Una de las primeras veces que entrábamos a uno de los barrios más complicados del Conurbano, un íntimo amigo mío, que fue una sola vez, me dijo “me hace mal”. Yo también llegaba a mi casa con un poco de angustia. Pero me daba cuenta que era esa misma angustia la que me generaba la fuerza para querer ir y resolverlo de verdad. Fue el hartazgo el que me puso a trabajar, pero fueron los pequeños resultados los que me fueron comprometiendo.
Cuando me dicen que no hay esperanza para la Argentina, en mi cabeza siempre viene la imagen de cuando nosotros llegábamos a los barrios con nuestros camiones, equipos sanitarios, comida y demás. Los primeros que venían corriendo a darnos una mano eran los chicos. Cada vez que yo veía esa imagen, entendía que sí hay esperanza.
Mi ejercicio en la Legislatura, siendo solamente dos diputados, me hizo entender que, con voluntad y si no sos funcional al sistema, si tenes la valentía suficiente y tenes capacidad de gestión, podés hacer un montón de cosas.
Yo creo de verdad que la política es la herramienta para resolver los problemas. La gran pregunta es por qué la usaron tan mal, por qué la usaron para privilegiar a los políticos y no para darle oportunidades a las personas.
¿Cómo puede ser que un país tan rico como la Argentina tenga millones de pibes llorando por hambre?
En tres capítulos te lo voy a responder. Primero, porque lo normalizamos. Segundo, porque somos una sociedad enferma. Porque cuando tomás una decisión de ayudar en mayor o menor medida, en vez de aplaudirte o sumarse, te critican. Tercero, porque esta lógica populista asistencialista nos ha quitado valentía, determinación, compromiso y la creencia de que de verdad podemos hacer un montón de cosas. Nos han hecho creer que no valemos nada.
¿Sabés qué es lo peor de las personas que están cortando la 9 de julio en este momento? Que ya no creen más en sí mismos, están ahí para que les regalen cosas y no se dan cuenta que no hay nada gratis en la vida. Ese regalo es a costa de su libertad, están perdiendo lo más preciado que puede perder un ser humano. Nos han domesticado por un plato de comida.
Te tengo que hacer la pregunta que se hacen todos los hombres. ¿Cómo hiciste para encarar a Carolina?
¿Te das cuenta que todo es posible? Nada es imposible en esta vida. Yo nunca pensé que ella me iba a responder y que esto iba a avanzar. Para mí siempre fue la mujer más espectacular de la Argentina. Además, ahora la conozco como persona y es una persona tan profunda, sensible, generosa e inteligente, que superó cualquier tipo de expectativa que yo tenía del amor en esta vida.
¿Cómo fue? Estaba yendo a Rosario por un viaje de laburo. Yo manejaba y mi socio iba leyendo un portal de noticias y dice: “Uy, se separó Pampita”. Le dije que justo anoche se me había cruzado en un sueño, la había visto en algún lado. Mi amigo me dice “llamala”. Yo estaba soltero, con ganas de conocer a alguien. Teníamos una amiga en común que se llama Oriana, le mandé un mensaje diciéndole que yo era un gran candidato para su amiga Carolina. Al rato me contesta: “Sabés que sí”. A las pocas horas, me llegó una solicitud de Instagram de Pampita. Oriana había hecho su gestión y Caro estaba estudiando. Me tomé un par de horas hasta que acepté. Del momento en que le escribí por primera vez y nos vimos pasó un mes. En ese mes hablamos todos los días, al principio por mensaje, después por teléfono y al final con videollamada. Después de la primera salida no nos separamos nunca más.
¿Sos hincha de Racing, no? ¿Cuál fue tu equipo favorito?
El de “Mostaza” Merlo. Ese Racing campeón era consciente de que tenía limitaciones, se hacía cargo de esas limitaciones y las compensaba potenciando sus virtudes. Es algo parecido a lo que tiene que hacer la Argentina ahora.
Hablando como político, ¿sabés cuándo defender y cuándo atacar?
Sí, siento que vengo a aportarle a la política conciencia, sentido común y mucha valentía.
¿Quién es el “Mostaza” Merlo de Republicanos Unidos?
Yo creo que la virtud de Republicanos Unidos es que tiene diferentes equipos. El que representaría más a “Mostaza” Merlo sería yo. Pero tenés a otros jugadores más estratégicos, más tiempistas, de mejor pie, de pase en profundidad, que saben marcar, que ponen el cuerpo. Quizá te podría decir que Yamil (Santoro) es el estratega. Te podría decir que tenemos una cantera de potenciales líderes que proyectan enorme crecimiento. Creo que una de las virtudes de Republicanos Unidos es saber detectar talentos en desarrollo. Creo que esa va a terminar siendo la herramienta con la cual nosotros logremos los resultados de cambiar las cosas de verdad.
¿Cuántos restaurantes tenés?
Hoy soy socio de dos nada más.
¿Por qué la gastronomía?
Porque conocí a la persona que tenía que conocer para enamorarme de la gastronomía. Es un muy conocido chef peruano, que se llama Gastón Acurio. Yo trabajaba para una empresa importante. Habíamos comprado Havanna y otras marcas. Yo estaba instalando la marca Havanna en Sudamérica. Fui a Perú y me llevaron a uno de los restaurantes de Gastón. Cuando llego, se acerca Gastón, me pone un ceviche en la mesa y me dice: “¿Sabés cuál es el ceviche perfecto? El ceviche perfecto es el que beneficia a toda la cadena de producción”. Hablando con él me di cuenta de que era una persona de la cual quería aprender.
¿Puede ir cualquier persona a comer a uno de tus restaurantes? ¿"La mar", por ejemplo?
¿Me estás preguntando por el ticket promedio? No es de los más baratos, es un ticket promedio que no solamente promueve alimentar a la persona, sino hacerle vivir una experiencia enorme. Además tiene una complejidad en el armado del plato. Una búsqueda y selección de los productos que hace que esté un poco por arriba del ticket promedio en general. En relación precio-calidad es una experiencia que vale la pena vivir.
Decime la mejor canción que tengas en Spotify.
Yo soy un viejo choto para la música. De los clásicos de los 80 te canto cualquiera. Desde “Toto”, de África, hasta Phill Collins o AC/DC. No tengo uno en particular, todo lo que refiera a esos tiempos. Para mí esos tiempos fueron de mucho autoconocimiento. Fue un momento de mi vida donde empezaba a conectarme con el universo y la música me entró fuerte.
Robert, para ir finiquitando, ¿te decepcionó Ricardo?
Sí.
¿Por qué?
Porque yo creí que era otro tipo de líder.
Qué decisión suya te decepcionó. ¿Ir como jefe de Gobierno o ir con Patricia?
Yo me uno a Republicanos Unidos porque me invita Santoro y porque, en el acto más generoso que yo vi en política, me dice: “Tanto quiero que seas parte de esto que me voy a correr del lugar número 1, que era el único lugar asegurado de esa lista de legisladores, y me voy a poner en el tercero. Segundo, va a encabezar ese proyecto Ricardo López Murphy. Tercero, vamos a construir juntos el partido político más democrático de la Argentina".
En este partido, las posiciones se tienen que ganar, en este partido las posiciones se logran afiliándote, anotándote, esforzándote, compitiendo y, si sos merecedor, vas a aparecer en esa lista. Ese era el proyecto que me entusiasmaba en un principio. Después me di cuenta que esta idea de resolver los espacios por competencia no le entusiasmaba a todo el mundo y que el caudillismo, el personalismo y los liderazgos verticales seguían muy presentes, a pesar de ser un partido liberal. Las distintas decisiones que se fueron tomando, restringiendo libertades, hizo que ese tipo de liderazgo no representara una parte muy importante del partido, por lo tanto a mí tampoco.
El problema no está ahí, porque uno puede tener diferencias. Yo creo que las diferencias nos agregan valor, nos construyen y nos hacen crecer. El problema fue cómo se recibieron esas diferencias. Porque cuando en tu propio espacio, tus propios afiliados, que en su momento te pidieron que lideres un proyecto, te están empezando a dar la espalda, tenés que empezar a prestar atención.
Yo creo en los liderazgos más modernos, más generosos, más empáticos, más horizontales y más de gestión de resultados. A mí me parece que la gestión y los resultados son importantes. No todo puede ser la trayectoria. La trayectoria hay que respetarla, pero las capacidades individuales hay que potenciarlas, no callarlas o someterlas. Porque nos terminamos convirtiendo en lo mismo que criticamos, lo mismo que venimos a cambiar. A veces, cambiar las cosas implica tomar las posiciones más incómodas.
Si querés ser un espacio diferente y querés cambiar a la vieja política por propiedades nuevas, tenés que hacer lo que tenés que hacer. No podes ser siempre lo que decís, en algún momento vas a tener que hacer lo que decís. Nosotros vamos a empezar a hacer lo que decimos con acciones. Después del 4 de junio, que son nuestras internas, vamos a consolidarnos como el espacio político más democrático de la Argentina, donde los que hablaron fueron los afiliados, los que resolvieron son los convencionales y los candidatos son elegidos por la gente. El partido político no es de una figura, es de los afiliados.
¿Te sentís con confianza?
Sí, porque nosotros trabajamos muy bien la parte institucional, trabajamos muy bien la parte comunicacional, estamos muy cerca de los afiliados y sabemos que ellos acompañan este proyecto porque este es el proyecto que Republicanos Unidos prometió. Un partido político de los afiliados, donde, si vos querés competir, te tenés que anotar, buscar afiliaciones, esforzarte, competir y si ganás es porque te lo merecés. La competencia fortalece. Sea quien sea que gane la interna, el que llegue a las PASO va a llegar mucho más fortalecido que si no hubiera existido esta interna. Perdámosle el miedo a competir.