Mario Montoto, el custodio de los negocios (y socio) del Círculo Rojo
Exsecretario de Mario Firmenich en Montoneros, Mario Montoto abandonó la política después de los indultos del Gobierno de Carlos Menem. O al menos la militancia política. Ahí comenzó vendiendo ropa y relojes, y montó una empresa de alquiler de oficinas por hora. Pero su despegue empresarial llegó con las máquinas expendedoras de boletos para colectivos, de la mano de Ciccone Calcográfica e IBM.
Transformado en uno de los apellidos más poderosos del Círculo Rojo de Argentina, Montoto se consolidó como un hombre de negocios, no sólo por su cercanía a todos los Gobiernos desde hace más de 30 años, sino por su dedicación, entre otras cosas, a la venta de equipos y servicios para la seguridad.
Ligado a la defensa nacional, realizó el mantenimiento del submarino Salta y del avión Tango 01, y protagonizó varias polémicas por los ferrocarriles concesionados durante la presidencia de Fernando de la Rúa. Reniega de las voces que lo acusan de menemista y, aunque su figura siempre estuvo alejada del ámbito mediático, puertas adentro su nombre es una constante entre la élite más influyente del país.
Por sus relaciones con empresas de Israel, se convirtió en el presidente de la Cámara de Comercio Argentino-Israelí. Desde ese lugar profundizó su amistad con el Gobierno, como vínculo en la compra de armamento de última tecnología. Especializado en monitoreos de vigilancia, le vendió al macrismo las cámaras para la Ciudad y, recientemente, el anillo digital de monitoreo.
Dueño de la firma Codesur, una de las principales compañías argentinas que desarrollan sistemas para la Defensa y la Seguridad Interna, fue el enlace entre Benjamín Netanyahu y Mauricio Macri. Quien supo ser una persona muy influyente en el entorno de Daniel Scioli, se convirtió luego en un personaje indispensable en las políticas de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Pese a su rostro poco conocido en el ámbito popular, tras las bambalinas del poder, se transforma en uno de los apellidos más resonantes. Rodeado de magnates, diplomáticos, jueces, militares, funcionarios de alto rango y personalidades de gran impacto en la política y los negocios, Montoto supo mantenerse siempre en las sombras.
Con ese perfil bajo y un poder que tejió a lo largo de los años, consiguió, por ejemplo, que su pequeña revista DEF, dedicada a temas de defensa, se presentara en el Congreso de la Nación. Y de la misma forma participó de eventos que reunieron al Círculo Rojo, como la celebración del Día de la Independencia de los Estados Unidos, organizada por Edward Prado, el embajador de aquel país.
Su última aparición pública fue tan sorpresiva como misteriosa: ante las cámaras de A24, el empresario se encargó de defender a capa y espada al fiscal federal Carlos Stornelli, a quien etiquetó como un amigo, y desmentir cualquier tipo de vínculo con Marcelo D’Alessio.