Lejos de recuperarse, la economía empeora y todo indica que la reactivación de la que habla el Gobierno no llegará a impactar en las elecciones de agosto, como apostaban en la Casa Rosada. Con esa realidad a cuestas, Marcos Peña y María Eugenia Vidal visitaron este fin de semana a los popes del Círculo Rojo para pedirles un último esfuerzo y, esta vez sí, desterrar para siempre a Cristina Fernández de Kirchner del escenario político.

A Peña le tocó la silla eléctrica. Así se refirió él mismo al hecho de tener que ser el anfitrión de la cena con dirigentes industriales el jueves último en el Hotel Madero. Tuvieron varias, pero esta fue la primera que dejan trascender los empresarios. Comieron con el funcionario Miguel Acevedo (titular de la UIA), el italiano Cristiano Rattazzi (Fiat), Luis Betnaza (mano derecha de Paolo Rocca en Techint), Daniel Funes de Rioja (Copal) y Miguel Rodríguez (Sinteplast). 

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