El Gobierno removió este viernes al coronel Alejandro Guglielmi como jefe de la Casa Militar, el órgano que se encarga de la seguridad del jefe de Estado, de la Casa Rosada y de la Residencia Oficial de Olivos. La decisión, que no fue comunicada oficialmente, fue adoptada por la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, bajo cuya órbita se encuentra esa dependencia.

De bajo perfil y extensa trayectoria en las Fuerzas Armadas, Guglielmi había llegado a ese puesto durante la administración de Mauricio Macri (2015-2019) y se mantuvo también durante los cuatro años de Alberto Fernández (2019-2023).

A pesar de que tampoco se oficializó el nombre de su sucesor, quien podría ocupar el cargo sería el coronel mayor Sebastián Ibáñez, hasta ahora comandante de la V Brigada de Montaña, con asiento en Salta

TE PODRÍA INTERESAR:

De acuerdo a algunos trascendidos, la hermana del Presidente habría tomado la decisión después de tener algunos roces con el funcionario.

Otras versiones, por el contrario, indican que la medida adoptada por Karina Milei obedece a su intención de colocar en ese cargo a una persona de su máxima confianza.

La Casa Militar tiene bajo su mando, en la órbita del Poder Ejecutivo, el cuidado de las sedes presidenciales -tanto la Casa Rosada como la Quinta de Olivos-, con apoyo del Regimiento de Granaderos a Caballo, de edecanes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, y de personal de las áreas de Seguridad e Inteligencia.

Guglielmi estuvo a cargo de la seguridad presidencial en los diferentes viajes que realizó Javier Milei desde que asumió la Presidencia, el 10 de diciembre último, justamente el día en que el libertario fue agredido con un botellazo, que no llegó a impactarlo, mientras se dirigía en caravana desde la sede del Congreso hacia la Casa Rosada.

Ese operativo estuvo también bajo la órbita de la División Custodia Presidencial, que depende de la Policía Federal y se encarga de la seguridad de los mandatarios.

La noticia de su desplazamiento causó sorpresa ya que, según fuentes oficiales, Guglielmi había entablado buena relación con la administración libertaria.