Las debilidades del gobierno quedaron en evidencia en menos de dos semanas. La fallida estrategia comunicacional de los últimos días hizo que a las palabras de los funcionarios se las lleve el dólar. La economía sacude la tranquilidad de los argentinos y golpea, una vez, a la confianza sobre la Casa Rosada.

La comunicación del Gobierno pasó del flan de Alfredo Casero que adoptó (mal) el equipo de Mauricio Macri a las reacciones desesperadas ante el descontrol en la City porteña por la explosión de la divisa norteamericana.

Los principales portales del mundo hablan de una crisis profunda en el país, mientras que en Balcarce 50 insisten con la idea de una "tormenta” que no afectaría los planes de cumplir con las metas fiscales y, por ende, con el Fondo. En palabras de hoy de Marcos Peña: "No es un fracaso, es una transformación".

¿El principal problema del Gobierno? La sociedad renovó el llamado de atención y ya no cuenta con la calma necesaria para explicar los problemas económicos con la pesada herencia. No alcanzaron las citaciones de Claudio Bonadio a Cristina Kirchner y compañía para apagar el incendio de un miércoles caliente en el mundo financiero.

Con una agenda que ya no domina el Ejecutivo, las pizarras de la City se llevan puestas las expectativas del Gobierno. Los integrantes del Círculo Rojo, algunos con más énfasis que otros, señalan sin tapujos las responsabilidades de la "falta de liderazgo” y cuestionan el plan improvisado de Peña y sus laderos, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana.

En media hora, el dólar se disparó a $40 y los mercados internacionales anticipan un posible default. Según pudo consultar El Canciller, en el Gobierno todavía creen que la embestida del dólar se frenará y confían en llegar con "viento a favor en el 2019". ¿Una ilusión posible?

No hay una voz que pueda anticipar lo que pueda suceder en el próximo año electoral, pero hay quienes son más pesimistas que Marcos en el Gobierno y reconocen que el terremoto financiero llegó para quedarse y acompañar a Macri y los suyos al menos hasta octubre de 2019.

Los cuadernos no fueron suficientes para tapar la crisis del dólar, la inflación, el desempleo y la caída histórica de la actividad económica. Las anotaciones de Oscar Centeno no atrajeron al público, según reflejaron consultoras -opositoras y oficialistas- en las encuestas.

En definitiva, la estrategia de comunicación falló en un momento clave, se llevó puesto al flan de Casero y altera las chances de Macri para 2019.