"Sería una tontería que cualquier candidato diera la espalda al trabajo que se está haciendo". Con esas palabras, Christine Lagarde decidió meterse de lleno en la campaña electoral argentina y dio un fuerte respaldo al programa económico de Mauricio Macri, al asegurar que "la economía va a rebotar" porque el programa acordado tras el préstamo del Fondo Monetario "realmente funciona".

"A la Argentina queremos darles dos buenas noticias porque empezamos a ver que el programa realmente funciona. Nuestra evaluación es que la economía está en un punto en que va a repuntar. En segundo lugar, ahora que se ha hecho tanto esfuerzo, en un programa en que la protección social siempre ha sido una de las prioridades clave, sería una tontería por parte de cualquier candidato dar la espalda al trabajo que se está haciendo", sentenció Lagarde en una conferencia de prensa en el marco de la Asamblea del FMI y el Banco Mundial, donde se reúnen los ministros de Economía de todo el mundo.

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Fue un mensaje no solo a los candidatos sino al electorado argentino, en especial ante la posibilidad de que triunfe Cristina Kirchner en las elecciones presidenciales ese año, algo que es cada vez más probable, según las encuestas. Si bien ni la expresidenta ni ninguno de sus candidatos hablaron de no pagar la deuda, sí han hecho fuertes cuestionamientos al programa impuesto por el FMI y dieron a entender que, de ganar, tomarían medidas que esas disposiciones no recomiendan.

También fue, de algún modo, un respaldo a la administración de Macri y una marcada de cancha para Roberto Lavagna, hoy el "tercer candidato" con más chances en los sondeos. Un fracaso del acuerdo firmado no solo sería un fracaso del Fondo, sino una derrota política de Lagarde, que puso en juego su liderazgo al otorgarle a la Argentina un crédito que no otorgó a otros países. 

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En un comunicado difundido tras la aprobación del último desembolso, de 10.800 millones de dólares, la directora del Fondo había dicho que "las políticas de las autoridades que sustentan el acuerdo respaldado por el FMI están dando fruto" y que el déficit fiscal y de cuenta corriente "están disminuyendo". También, a pesar de que la actividad económica se contrajo en 2018, remarcó que "hay indicios de que la recesión ha tocado fondo, y se espera una recuperación gradual en los próximos trimestres".

La comitiva argentina que viajó a Washington para la asamblea general del FMI está encabezada por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el titular del Banco Central, Guido Sandleris, que ayer habló ante inversores y les advirtió que "el camino para frenar la inflación es largo". 

Hoy, Sandleris se reunirá con el número dos del FMI, David Lipton, mientras Dujovne seguirá con la gira de encuentros con inversores. En ambos casos, los funcionarios insistirán en la idea de que Argentina se mantiene firme en el camino que eligió, a pesar de la crisis actual, y se harán eco de las palabras de Lagarde.