"Los Sampedranos", la gran banda narco de la Villa 31: ocho miembros ya liberados y el último líder caído
La guerra de los grupos que venden drogas en la villa 31 se intensifica y deja cada vez más víctimas fatales.
Una historia que parece no tener el fin. Liberaron a ocho integrantes de una de las bandas narcos más importante de la Villa 31: "Los Sampedranos". Esta semana, el clan había sino noticia por esas detenciones. Sin embargo, la Justicia porteña no aceptó las prisiones preventivas de los imputados, que había solicitado el fiscal de la causa, Federico Tropea.
La caída del grupo comenzó con la detención de su último líder, Juan Ramón Ortigoza Acosta, conocido como "El Groso", hace un año atrás.
Las escuchas previas a la detención de Ortigoza Acosta develaron que podían recaudar $3.000.000 por semana con la venta de drogas.
En 2019, se hicieron casi 80 allanamientos que condujeron al arresto de la madre de "El Groso", Juana Fariña Acosta, y de 17 personas, entre ellas el otro comandante del grupo: "El Denis".
Las detenciones se dieron en el marco de un trabajo mancomunado entre la Policía de la Ciudad y la Federal.
"Los Sampedranos" llevan ese apodo porque la mayoría de la banda narcocriminal proviene de San Pedro, una de las ciudades de Paraguay.
En libertad nuevamente
Los ocho miembros de la banda narco liberados habían sido detenidos días atrás. A la semana recuperaron su libertad, aunque están imputados.
Desde el Ministerio Público Fiscal (MPF) porteño sostienen que mientras tanto "se investiga y se siguen juntando pruebas en su contra".
El fiscal de la causa y titular de la Unidad de Casos Especiales del MPF porteño, Federico Tropea, había solicitado la prisión preventiva, pero el juzgado no hizo lugar por dos motivos. Por un lado, el juez consideró que los imputados no tienen antecedentes, y por otra parte sostuvo que no hay peligro de fuga debido a la cuarentena.
Se trata de siete hombres y una mujer, cuatro son argentinos y la otra mitad son oriundos de Paraguay. La División Operaciones Zona Norte de la Policía de la Ciudad desbarató el principal búnker que tenían.
Secuestraron más de 13 kilos de marihuana, dosis de pasta base de cocaína, balanzas de precisión, cintas de embalar y dos armas de fuego.
La investigación llevaba varias semanas hasta que Tropea pidió tres allanamientos simultáneos que se hicieron el ocho de julio pasado.
“Tras una importante investigación y gracias al trabajo conjunto con la Policía de la Ciudad, se logró allanar un importante búnker de droga del Barrio 31, incautando una gran cantidad de material estupefaciente, además de varios dispositivos y documentación de interés para continuar con la investigación así como con la individualización del resto de las personas involucradas”, había declarado Tropea cuando detuvieron a los imputados.
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Violencia en la 31
Días antes del comienzo de la cuarentena ya habían seis muertos por la guerra entre “Los Sampedranos” y la banda liderada por César Morán de la Cruz, alias el "Loco César".
Uno de esos crímenes fue el de un oficial de la Policía de la Ciudad, Rodrigo Jonathan Irala, que estaba fuera de servicio. El joven de 33 años había ido a la villa a comprar cocaína. Al quejarse de la calidad, lo asesinaron con ocho tiros.
La escalada de violencia y crímenes a plena luz del día se intensificaron en noviembre pasado, cinco meses después de que mataran al hermano del Loco.
Aunque el "Loco" está preso, desde Devoto en 2016 ordenó el asesinato de María Belén Peralta, por el que fue condenado el año pasado a cadena perpetua. Mientras que desde la cárcel federal de Chaco dispuso el homicidio de una persona que le había robado a un familiar suyo.
Gran historial
"Los Sampedranos" en julio de 2019 se quedaron sin el último líder "El Groso", pero siguieron operando. En ese entonces, el Ministerio de Seguridad de la Nación, a cargo de Patricia Bullrich, había anunciado el final de la banda que llevaba cuatro años en el negocio de las drogas.
El anuncio se dio luego del secuestro de 15 kilos de marihuana, 600 gramos de cocaína, 2.500 kilos de paco; 100 cogoyos de marihuana, $405.000, U$S4.100, 50 euros, 25 reales y casi 1.500.000 guaraníes.
También habían de armas, municiones, balanzas de precisión y elementos de corte y computadoras, ocho autos y 53 teléfonos celulares.
La investigación la llevaba la Justicia federal: el juez Ariel Lijo y el fiscal Jorge Di Lello. Con el correr de los meses se trazó la manera en qué operaban, en dónde vendían, quiénes eran los involucrados en toda su estructura y los lugares de guardado.
El Centro de Monitoreo Urbano de la Policía porteña hacía una vigilancia constante a los lugares de entrega y a los integrantes del clan.
Parte de la banda había caído en 2016 cuando allanaron tres domicilios. Al comprobarse la comercialización de estupefacientes, Lijo otorgó los hogares a fines sociales.
Una se entregó a la Dirección General de Acceso a la Justicia de la Procuración General de la Nación, para la creación de una “Biblioteca popular de Derecho”. Mientras que las otras dos fueron cedidas a la Subsecretaría de Integración Social y Urbana del Gobierno porteño para la construcción de un Centro de Desarrollo Empresarial y Laboral, y un Centro Educativo para Adultos.
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Narcomenudeo durante el aislamiento
La venta de drogas no se detiene en plena cuarentena, ni tampoco las detenciones. El 3,3% de los delitos cometidos en la Ciudad fue el comercio de estupefacientes y de otras materias primas para su producción y tenencia con fines de venta.
En total hubo 617 casos entre el 20 de marzo y el 19 de junio pasado, según el Ministerio Público Fiscal porteño. En el primer mes se llegó a 181 casos, al siguiente subió a 256 y en el tercero descendió de nuevo a 180.
También los casos de narcomenudeo se dan dentro de las cárceles durante el aislamiento. En el penal de Devoto intentaron en dos oportunidades ingresar drogas.
La primera vez, dos mujeres de 46 y 65 años fueron detenidas por esconder cocaína y marihuana entre la piel de cuatro pollos que llevaban a los internos. Uno de los pollos contenía 10 envoltorios de cocaína con un peso de 21.39 gramos. En otro habían cuatro envoltorios de marihuana de 44 gramos, y en los demás encontraron 200 gramos de marihuana y 17 gramos de cocaína.
En el segundo intento de ingresar estupefacientes, la policía detuvo a siete personas. Todos eran familiares de presos y escondían en sus partes íntimas y en la comida marihuana y cocaína.